Dra. Pamela Herrera-Díaz, académica investigadora Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial UDLA Sede Viña del Mar
El rol, impacto y protagonismo que tienen los intérpretes en lengua de señas, lo pudimos ver durante la campaña de la Teletón en noviembre y próximamente, en el humor del Festival de Viña del Mar. Sin duda, una figura que emerge como un puente crucial para la comunicación en tiempos de inclusión y diversidad. Pero ¿cuál es su situación actual y desafíos en nuestro país?
La legislación chilena ha valorado cada vez más la identidad cultural que constituye la comunidad de personas sordas, su lengua propia de modalidad gestual-visual, como lo señala la Ley N°21.303/2021, que la promueve, modificando la Ley N°20.422/2010 y la necesidad de contar con un intérprete de lengua de señas chilena (ILSCh), que elimina la barrera de comunicación e implica el respeto a sus necesidades particulares (Art.8 bis, y 26), en cualquier ámbito. El intérprete cumple un rol de mediador entre la lengua de señas y la oral en todo contexto, pero principalmente en el ámbito de la educación. Actualmente, se están elaborando los reglamentos que mandata la ley a través de la Resolución N°595/2023 exenta, emanada del Ministerio de Desarrollo Social.
Por ello, desde la academia hemos impulsado investigaciones orientadas a conocer el estado actual y desafíos de esta figura con foco principal en el ámbito escolar, donde las personas sordas inician su proceso formativo. Teniendo como escenarios las regiones de Valparaíso y Metropolitana, se ha evidenciado diferencias significativas en las trayectorias de formación de estos intérpretes y en sus remuneraciones; algunos se forman en asociaciones de intérpretes o de sordos o en institutos profesionales, en cursos que pueden duran desde menos de un mes o hasta tres años. También se ha determinado que hay grandes diferencias en los contratos y honorarios, en las formas de organizarse al interior de las escuelas, de quiénes son los jefes directos de los intérpretes, de la diversidad de tareas que se le asignan, algunas asociadas a su rol, mientras que otras a una labor más bien de asistente de aula, que no tributan a su propósito primordial.
En cuanto a la importancia que tiene el intérprete en lengua de señas en el contexto escolar, se debe avanzar en valorar y posicionar su rol, teniendo una visión desde su realidad experiencial, tema del que hay escasa información en Chile y artículos científicos, que son revisiones sistemáticas o históricas. Avanzar en esta evidencia facilitará la orientación de este rol, realizar cambios, mejoras y establecer desafíos en favor de la inclusión.
Equipo Prensa
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