LA EDUCACIÓN MONTESSORI DESTACA POR SUS RESULTADOS EN LA PANDEMIA Y POR LA FORMACIÓN DE EXITOSOS EMPRENDEDORES Y LÍDERES

  • La autonomía, que se les enseña desde pequeños a sus alumnos, fue pieza fundamental para poder sortear la pandemia de manera exitosa.

 

La educación Montessori es reconocida en nuestro país desde hace años. El enfoque Montessori se basa en la propuesta de María Montessori, médico y educadora italiana que creó un nuevo concepto y método educativo, que potencia la capacidad de sus alumnos de pensar por sí mismos, de colaborar, resolver conflictos y superar dificultades. Gracias a estas habilidades es que grandes emprendedores se formaron en escuelas Montessori, entre ellos, Jeff Bezos, Larry Page, Jimmy Wale y Peter Drucker, entre muchos otros. Por esta misma razón, destacadas figuras  a nivel mundial han optado por esta educación para sus hijos, entre ellas Hillary Clinton y el príncipe William.

No se entiende “buena calidad de educación” si no pasa por la experiencia total de un niño, niña o joven; en el enfoque Montessori no se hacen clases, se tiene experiencias educativas, que apuntan al desarrollo de las habilidades en los ámbitos emocionales, sociales, mentales y espirituales del ser humano. Para ello, se fomenta la resolución de conflictos, el pensamiento creativo, la autonomía y el trabajo colaborativo. El enfoque metodológico, se centra en el Aprendizaje basado en Proyectos y en un currículum que apunta a la transversalidad de las diferentes disciplinas, bajo el concepto de educación holística. Este enfoque desarrolla las habilidades que luego les permitirán a los estudiantes, adaptarse de mejor manera a sus múltiples desafíos futuros.

Por ejemplo, dentro de otros programas, en el colegio Pucalán, se realizan experiencias tales como una estadía de trabajo en Costa Rica como ayudante de una Organización que trabaja en protección de la biodiversidad en parques nacionales; anualmente el mismo colegio envía una delegación, en representación de Chile, a la sede central de Naciones Unidas en Nueva York en la que participan delegaciones de jóvenes de 150 países para discutir temas relacionados a la paz mundial, además de otras actividades comunitarias.

 

¿Qué tan efectivo fue este método educativo para enfrentar la pandemia?

Bernardita Jensen, es Guía y Especialista en Educación Montessori del Houston Montessori Center, rectora del colegio Pucalán Montessori y directora de la Fundación Educacional Montessori Pucalán desde el año 2000 a la fecha. Reconoce que la pandemia les llevó a sortear una serie de desafíos, que sacó a relucir, afortunadamente, las mejores virtudes aprendidas y adquiridas de sus alumnos y profesores durante sus años escolares.

“Hubo algo súper importante que se vio, que fue el logro de la autonomía. Con los chicos de tercero y cuarto medio no tuvimos ningún problema, porque ellos han aprendido a autogestionarse, a vivir la autonomía como un valor y no a hacerlo desde la obediencia. Ellos desarrollan la colaboración, la responsabilidad. Además, logramos mantener el vínculo, que se da de manera presencial, a través de la pantalla. Por ejemplo, los más chiquititos, querían ver a sus guías, le dimos importancia al aspecto socioemocional, eso ayudó bastante.”, asegura.

Y es que fueron justamente las capacidades de autonomía, autogestión y automotivación las que se pusieron a prueba, que tienen que ver con las habilidades superiores de pensamiento que plantea el Método Montessori. Por otro lado, otra de las bases fundamentales de este sistema, es el trabajo en comunidad. Montessori se define como un triángulo, hablando metafóricamente. Por un lado está la familia, en otro lado el niño/a y después está el profesor o la guía y ese triángulo se intenciona para que converse muy bien; no es solamente el profesor el que enseña, también es la familia, son otros niños, la educadora, el ambiente preparado. Existe un trabajo muy comunitario.

“Creemos que, a diferencia de lo que pasó en otros colegios, los profesores fueron capaces de traspasar un aprendizaje de manera vivencial. Todo fue muy experimental, activar a los alumnos realizando tareas concretas y actividades creativas, aprendizajes más palpables, que debían realizar fuera de la pantalla”, declara Bernardita.

La personalización de las clases también fue un factor primordial a la hora de enfrentar la pandemia. Se contó con una profesora para tres alumnos, en el caso de los menores de 7 años, lo que fue muy relevante. Esto permitió una educación más personalizada, que pudo ocuparse de los aspectos psicológicos y emocionales, que son fundamentales tanto para la vida personal, familiar, como para el aprendizaje de los niños. Los más grandes tuvieron una profesora por cada doce alumnos, lo que permitió un seguimiento personalizado de cada uno de ellos.

“Con respecto a la pandemia, en la que todos nos vimos sorprendidos por los nuevos métodos, en el Montessori había una definición anterior que es la comunidad, independientemente de pandemia o no pandemia, se pone mucho énfasis en esto. No es delegarle al colegio que cumpla un servicio, sino que hay una lógica algo distinta, que está instalada en los principios básicos de este método, lo que hace más fácil gestionar, inclusive, la colaboración de los papás y apoderados en la continuidad de la educación de sus hijos”, confirma la rectora.

¿Desafíos? Claro que hubo desafíos. Perder la frecuencia de las secuencias del material Montessori fue una de las dificultades que debieron sortear, ya que, con los más chiquititos, se trabaja con mucho material, que apelan a lo sensorial. Por eso, con los más pequeños, se trabajó con los padres para que apoyen a sus hijos en el aprendizaje, incluso, se les enseñó a ocupar materiales cotidianos para apoyar la educación con objetos concretos, que es la forma natural en que los niños se desarrollan y aprenden, tal como se hace en Finlandia, por ejemplo.

En el colegio Pucalán Montessori ya se están preparando para este 2021 con una educación semi-presencial, sistema que probaron en los meses de noviembre y diciembre del año pasado. Esto se traduce en bloques más cortos de trabajo, respetando los aforos, con contenidos que se entregarán en lo virtual, pero que se resolverán en lo presencial. Mucha estimulación y resolución de conflicto, como parte fundamental de este nuevo plan. Contarán con un profesor cada tres o doce niños, según la edad, de manera que efectivamente puedan apoyar a cada alumno según sus necesidades específicas.

María Luisa Gumucio, psicóloga, es apoderada del colegio Pucalán. Para ella, “estos encuentros presenciales, que se integraron el año pasado, tuvieron un enfoque muy correcto, con un efecto muy importante en los alumnos porque no se dirigieron a entregar contenidos, sino en reforzar emocionalmente a los niños y en restaurar el lazo social, que es algo que se debilitó con la pandemia, y que es lo más difícil de trabajar online. El apoyo emocional, la comprensión de lo que está pasando, es fundamental, porque niños ansiosos o deprimidos, están interferidos para aprender”.

Así, la educación Montessori, que actualmente ha tenido un enorme crecimiento en países de América del Norte, países asiáticos y europeos, ofrece la oportunidad de ser un referente para lograr una formación que entregue las habilidades que requiere el mundo de hoy, cada vez más complejo y de rápidos cambios, que exige que las personas tengan la capacidad de adaptarse rápidamente, de ser creativos en la resolución de problemas, de trabajar en equipo y ser resilientes. Todo lo cual fue puesto a prueba en la pandemia, en la cual la educación Montessori destacó, cumpliendo la promesa de la formación que entrega.

 

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