El Servicio de Impuestos Internos (SII) ha dado un paso decisivo en la modernización de sus mecanismos de fiscalización, utilizando información bancaria para detectar eventuales subdeclaraciones de IVA por más de $3.700 millones. A través de la Declaración Jurada 1959 que obliga a las instituciones financieras a reportar cuentas que reciben un alto volumen de abonos, el SII identificó 109 casos preliminares donde los ingresos percibidos no coincidirían con lo declarado. Este hecho confirma una realidad evidente: en un ecosistema digital, los datos hablarán antes que cualquier formulario.
La fiscalización tributaria ya no se limita a lo que el contribuyente informa, sino que incorpora el comportamiento financiero real como insumo principal. Este enfoque, propio de administraciones tributarias avanzadas, amplía la transparencia del sistema y exige a emprendedores, pymes y profesionales contables, un mayor rigor en la gestión de sus operaciones. El uso de transferencias sin respaldo documental, la mezcla de flujos personales con comerciales o la subdeclaración por desconocimiento, pasan a convertirse en riesgos concretos frente al cruce automático de información.
Para quienes ejercen en el ámbito contable y de auditoría, este avance implica un nuevo estándar formativo. La profesión debe transitar hacia una comprensión más profunda de los sistemas de información, análisis de datos y trazabilidad digital. Las futuras generaciones de contadores y auditores deberán desenvolverse en un entorno donde los indicadores financieros, las plataformas electrónicas y el análisis automatizado, son parte del quehacer cotidiano, no elementos accesorios.
Es importante destacar que este tipo de fiscalización contribuye a reducir la competencia desleal y fortalecer la formalidad. Las empresas que cumplen con sus obligaciones tributarias operan en un contexto de mayor equidad cuando la informalidad es detectada con más precisión. A su vez, los contribuyentes tienen la posibilidad de revisar la información bancaria reportada a través de “Mi SII” e incluso solicitar correcciones si detectan inconsistencias, lo que evidencia un sistema más robusto y participativo.
La transformación digital del SII avanza con firmeza y genera un mensaje claro para el ecosistema emprendedor: la transparencia no es una recomendación, es un requisito para participar en el mercado formal. En un escenario donde la información fluye y se integra, la responsabilidad tributaria adquiere un rol central en la sostenibilidad empresarial. El desafío para los contribuyentes será adaptarse; el de los profesionales contables será acompañar ese proceso con conocimiento, ética y sentido estratégico.
Pablo Morales Director Carrera de Contador Auditor Universidad de Las Américas





















