Por Marta Meza, líder de Aseguramiento de Calidad y Normas en ITQ latam
Según las estadísticas mundiales, la mayoría de los usuarios de computadores y de internet oscila entre los 6 a 20 años, es decir, los nacidos en la era de las telecomunicaciones. Por el contrario, los usuarios mayores de 60 años son minoría. No obstante, cada vez son más los que ayudan a disipar este estereotipo, ya que han podido demostrar sus capacidades para continuar aprendiendo y adaptándose.
En efecto, niños y jóvenes nacieron bajo conceptos tecnológicos y digitales, términos que para ellos son muy comunes, pero no así para los adultos mayores, transformándose en una gran brecha generacional.
Los adultos mayores han tenido que incorporar estos nuevos conceptos y además ir aprendiendo a manejar computadores, tables, teléfonos, etc., los cuales pueden llegar a ser un gran aporte a su diario vivir, ya que les permite comunicarse y no quedarse aislados socialmente, como a muchos les ocurrió durante la pandemia.
La brecha digital más grande aquí es la desigualdad en el acceso a internet, es decir, que a medida que se incorporan más actividades y servicios en el espacio digital, algunos adultos mayores tienen más dificultades de acceso a las mismas, dificultando y reduciendo su posibilidad de participar.
Asimismo, la ciberseguridad es una temática que se debe abordar con los adultos mayores, educarlos en lo que es identidad digital y concientización respecto de los riesgos a los que están expuestos al momento de navegar por internet.
Sin duda, la tecnología para el adulto mayor es una herramienta para tener más autonomía e independencia. Los medios digitales y tecnológicos son un gran aporte para los adultos mayores, ya que los ayuda a socializar, sobre todo si hay algún tipo de dificultad para movilizarse. La tecnología no los restringe en horarios, no les produce problemas de traslado, no les afecta el clima como el frío o el extremo calor, no se exponen a riesgos como agresiones o asaltos. La tecnología les permite realizar compras, relacionarse, comunicarse con su médico de cabecera, realizar trámites, etc.
La gran tarea de las empresas es crear tecnologías más amigables para el adulto mayor
Y es ahí mismo donde está el mayor de los desafíos para que este segmento de la población incorpore a su día a día las oportunidades que brinda el uso de las tecnologías. Para eso, las aplicaciones tienen que ser más intuitivas, ciberseguras, fáciles de utilizar y de entender. Además, los dispositivos tienen que ser más accesibles, seguros y funcionales para este grupo de edad, debido a sus ingresos, en muchos casos mermados tras la jubilación, así como a algunas limitaciones físicas por la edad.
Por lo mismo, las empresas están cada día más preocupadas de cubrir este nicho de mercado con tecnologías más amigables, donde las pantallas contengan letras más fáciles de leer, sean más intuitivos y acompañen de mejor manera a los adultos mayores. Hoy existen varias tecnologías que sirven de apoyo. Además de celulares, también los relojes han avanzado mejorando la tecnología, donde van monitoreando el estado de salud del adulto mayor, tienen GPS para saber dónde está la persona, permiten rastrear y acceder fácilmente a información como historial médico, contactos médicos, horarios de medicamentos, etc.
Ciertamente, diferentes instituciones o fundaciones generan instancias para ir diseñando y enseñando a adultos mayores en el uso digital y tecnológico, aportando constantemente para que estén comunicados y monitoreados, ya que eso los ayuda a su salud mental, su independencia y autonomía. Lo ideal es que tanto el sector público como privado sigan trabajando con este segmente que no hace más que aumentar.
Por últimos, es importante entender, valorar y respetar a los adultos mayores; aceptar la tercera edad como una etapa inevitable, pero no negativa, donde hay ganas de hacer cosas, metas, las cuales deben ser respetadas y apoyadas. Para ello, la tecnología y su madurez digital, sin duda, son un must.
Equipo Prensa
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