Para evitar su oxidación y con ello la pérdida en las características de su sabor, estas bebidas requieren la aplicación de una gota de nitrógeno líquido en el espacio superior de la botella.

Actualmente nuestro país se encuentra dentro los mayores consumidores mundiales de bebidas, sólo superado por México y Estados Unidos. Por otra parte, según una investigación de mercado realizada por Euromonitor, el segmento de las aguas saborizadas es el que ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos años, pasando de 3,4 millones de litros en 2009, a 73 millones en 2016.

En este contexto, ¿cuál es el secreto para lograr un agua saborizada perfecta? Roberto Contreras, subgerente de negocios del área de Alimentos de INDURA, explica que “las aguas saborizadas contienen saborizantes naturales o artificiales que requieren de una protección especial para evitar su oxidación y con ello la pérdida en las características de su sabor; es por eso que al momento de su envasado se les inyecta nitrógeno en el espacio superior de la botella la cual, generalmente, es de un material plástico llamado PET. El nitrógeno que suministra INDURA es un gas Grado Alimento, por lo cual es compatible para su uso directo en los distintos tipos de proceso de la industria alimenticia”.

El experto de INDURA explica que la inyección de nitrógeno se realiza con equipos de alta tecnología, ya que para lograr el efecto protector y, al mismo tiempo, darle una mayor rigidez a la botella PET, se le adiciona una gota de nitrógeno líquido. “La gota de nitrógeno líquido se adiciona a cada una de las botellas que pasan por la máquina embotelladora, generalmente, a velocidades de embotellado sobre 300 botellas por minuto”, comenta Contreras.

Efecto instantáneo

Cada gota de nitrógeno líquido cambia al estado gaseoso rápidamente debido al cambio de su temperatura; pasa de una temperatura de -196°C a la temperatura ambiente. Así, por las características físicas del nitrógeno, “una gota de líquido se gasifica en el equivalente a un volumen de más de 600 gotas de nitrógeno gaseoso, las cuales se quedan en el espacio superior de cada botella, denominado espacio de cabeza, permitiendo así desplazar el aire que está en esa zona y generar un espacio inerte que permite la protección del producto en cada botella”, explica el subgerente de Alimentos de INDURA.

Las soluciones que ofrece la compañía para el embotellado de aguas saborizadas se relacionan con el correcto manejo del nitrógeno líquido para lograr el efecto requerido. “Ello se alcanza cuando se cuenta con el diseño óptimo de suministro de nitrógeno líquido, el cual considera entre sus principales equipos una estación criogénica para almacenar el nitrógeno líquido, la línea aislada para  transportarlo hacia la zona de embotellado y la correcta selección del equipo dosificador de nitrógeno líquido, junto con la supervisión de su implementación y de su operación”, finaliza el ejecutivo de INDURA.

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