Por Bárbara Stengel, Vicedecana de Gestión y Vinculación con el Medio de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI.

Tras el Día Internacional de las Niñas en las TIC debemos cuestionarnos cuáles son las barreras educativas y sociales que enfrentan diariamente, eliminar los estereotipos y visibilizar referentes que las inspiren a seguir sus sueños. 

En 1953, la destacada científica y oficial de la Marina de Estados Unidos, Grace Hopper, creó el primer lenguaje de programación de alto nivel y sentó las bases para el desarrollo del software moderno. Fue disruptiva al plantear que los computadores no solo tenían utilidad para fines bélicos, sino que también podían servir en otras áreas, como la administración y la medicina.

Casos de mujeres exitosas como este suelen ser invisibilizados y relegados a un lugar secundario, generando un vacío de referentes o historias inspiradoras para motivar a las niñas y mujeres jóvenes a seguir caminos profesionales en áreas tecnológicas.

Según datos de la UNESCO, en Latinoamérica sólo un 32% de quienes estudian carreras tecnológicas o científicas son mujeres. Mientras que, en Chile, este porcentaje no alcanza el 20%. Son números preocupantes que nos recuerdan que todavía queda mucho camino por recorrer. 

Por ello hoy, en el Día Internacional de las Niñas en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), es importante que recordemos a estas grandes innovadoras de la historia que, como Grace Hopper, Ada Lovelace y Marie Curie, entre otras, han abierto un camino para inspirar la inclusión de niñas y mujeres en todas las áreas del conocimiento.

Un obstáculo son los estereotipos de género que tienden a ubicar a las mujeres en roles de acompañamiento, cuidado y mantención del hogar, marcando una gran disparidad en las percepciones y convicciones que se forjan desde la infancia, lo que se ve reflejado, posteriormente, en su futuro laboral.

Según datos proporcionados por el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence), solo el 16 % de las mujeres en Chile trabaja en empleos que tienen alguna relación con las TIC. Esto refleja la urgente necesidad de continuar trabajando para reducir la brecha de género. Debemos visibilizar a las referentes y apoyar desde pequeñas a las niñas para que sean capaces de reconocer sus habilidades y potenciarlas. 

Es fundamental que comprendan que pueden perseguir cualquier campo de estudio que deseen, trabajando su creatividad, talento y capacidad para forjar su propio destino. Las organizaciones, en tanto, deben prosperar en la estrategia de incorporar más mujeres, promoviendo entornos laborales más dinámicos e innovadores y beneficiando de esta forma a la sociedad en su conjunto.

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