• A sus 26 años creó, junto a su socio, cuadernos de caligrafía premarcados, con el fin de aliviar su sobrecarga laboral y la de sus colegas. Fue así que nació Caligrafix, la editorial chilena que ha revolucionado la educación infantil en nuestro país  a partir de recursos concretos que incluyen realidad aumentada y actividades interactivas.
  • Actualmente está dedicada 100% a su rol de Directora Editorial de Caligrafix, empresa que ya se expandió a otros países de la región.

Karla Anavalón, de niña, soñaba con ser diseñadora de vestuario. Una de las actividades que más le gustaba en ese entonces era dibujar, especialmente figurines, a los que les creaba sus propios diseños de moda. Pero al salir de cuarto 4º medio, vio en un folleto la imagen de una educadora de párvulos que la atrajo de una manera casi mágica. Y fue así, que decidió estudiar Educación General Básica y convertirse en profesora.

La historia de Karla ha estado marcada por la intuición, por esos presentimientos que te hacen tomar decisiones y cambiar el curso de las cosas. Y así nació Caligrafix, editorial con 13 años de vigencia, la primera y única en Chile en incluir la realidad aumentada en cuadernos de actividades, añadiendo e integrando experiencias virtuales en recursos concretos.

Pero, ¿cómo llegó Karla de ser docente de un colegio de Quilicura a ser creadora y Directora editorial de esta empresa innovadora? Comenzó cuando ella tenía 26 años y hacía clases en 1º básico. Entre sus múltiples funciones estaba marcar los cuadernos de todos sus estudiantes para que ellos pudieran tener un modelo de escritura adecuado y así practicar la caligrafía. Esta labor implicaba, tanto para ella como para sus colegas, una ardua tarea que realizaban generalmente fuera del horario laboral.

Ante esta tremenda carga de trabajo buscó ayuda y encontró a un socio: Guillaume Pothier, un doctor en informática francés radicado en Chile. “Se nos ocurrió generar un producto que ya viniera con un modelo de escritura ligada y así dar solución a una necesidad que no solo era mía, sino que de todos los docentes”, cuenta Karla.

“Por otra parte, también era importante para nosotros que este recurso fuera de calidad educativa y motivador para los niños y niñas. Queríamos que el cuaderno no solo permitiera la práctica de la caligrafía sino que también consiguiera desarrollar otro tipo de habilidades acorde a los diferentes niveles educativos”, detalla Karla.

Y fue así que comenzó a tomar forma Caligrafix. Karla diseñó el modelo de cada letra y Guillaume generó un programa que la digitalizaba. Una vez terminado el cuaderno de 1º y 2º básico la entonces profesora de aula presentó el proyecto en el colegio donde trabajaba y a todos les pareció interesante, ya que aliviaba a los docentes de una tarea laboriosa y lenta, pero muy necesaria para el desarrollo de la lectoescritura en los estudiantes.

Para partir, compraron una impresora de segunda mano con el fin de producir 200 cuadernos, pero como falló, tuvieron que buscar otras opciones en algunas imprentas, gestión que finalmente terminó en 500 ejemplares, muchos más de los presupuestados.

“Una amiga diseñadora nos ayudó a generar una portada y, al producir los cuadernos en una imprenta, se logró mayor calidad y una presentación mucho más profesional de la que inicialmente pensamos. Esto nos permitió ofrecer los cuadernos en otros colegios”, recuerda Karla.

Para poder vender esos 500 cuadernos y, dado los excelentes resultados en el aula y en el hogar, decidieron ofrecer  el material en  librerías y una de ellas, ubicada en calle Meiggs, les permitió dejar un par de ejemplares. Pasó tan solo una semana y el encargado les llamó para que les  enviaran más cuadernos  debido a  que  se habían vendido todos.

“Fue recién ahí que comenzamos a ver el potencial que tenía la propuesta y pensamos que podía ir más allá de un proyecto de colegio. Luego, mis colegas de 3º y 4º básico, me pidieron crear versiones para sus alumnos, debido a que los estudiantes de estos cursos también necesitaban ejercitar la caligrafía y así comenzamos a desarrollar cuadernos para otros cursos. Antes de terminar el primer año nos aventuramos también con un aviso publicitario en una revista para profesores, con un mensaje directo hacia ellos que ofrecía muestras gratuitas para sus colegios», relata la profesional.

Según señala, el enfoque de este aviso fue vital para generar conexión ya que la imagen representaba la realidad de muchos docentes: una profesora muy cansada, con una taza de café y un alto de cuadernos para marcar. El aviso llevaba el siguiente mensaje:  “¿Marcando cuadernos? Da vuelta la página, conoce Caligrafix”.

Después de la publicación en la revista, el teléfono de Karla no dejó de sonar y su bandeja de correo no paró de recibir mensajes. Docentes de todo Chile, de educación básica y preescolar, querían conocer y adquirir sus cuadernos.

“Creo que una de las fortalezas más importantes de Caligrafix es que las personas que estamos detrás de la elaboración del material somos docentes y hemos estado en aula. Debido a nuestra experiencia conocemos las necesidades educativas de cada curso y las características de los niños y niñas en sus distintas etapas escolares”, cuenta Karla.

Realidad aumentada

Con el paso del tiempo, Caligrafix comenzó a expandirse y a buscar la forma de generar un material que pudiese complementarse con tecnología.

“Queríamos generar un material innovador, beneficioso para los niños  y niñas  en términos educativos. Pero sabíamos que no podíamos hacerlo solos. Fue así que conocimos a PleIQ, una empresa reconocida a nivel mundial, que cuenta con el apoyo de UNICEF, gracias a su contribución a la educación digital infantil y que comparte varios de nuestros valores ”, narra la docente.

La fusión se dio casi de manera inmediata y natural, logrando integrar lo digital con lo concreto, mediante lo que se conoce como realidad aumentada. Se trató de un hecho revolucionario, pionero en la industria educativa en Chile que se produjo en la etapa pre pandemia. En un principio se incluyeron los marcadores PleIQ en la línea de Preescolar: BalancínTrazos y Letras y Lógica y Números.

“Más tarde también incorporamos actividades interactivas de realidad aumentada de PleIQ a nuestra línea de conciencia fonológica Jugando con los sonidos, complementando a este recurso audios y actividades que los niños y niñas pudieran desarrollar de manera autónoma y a su propio ritmo.», cuenta Karla.

Debido a la calidad de su material educativo, Caligrafix se ha abierto camino en otros países tales como México, Colombia, Perú e incluso Texas, Estados Unidos, así como también ha participado en distintas ferias internacionales del libro, como la de Guadalajara, donde recientemente estuvieron presentes como referentes de la industria.

El futuro de la educación y otros proyectos 

De acuerdo a la visión de Karla, “la educación debe ser integradora. Es importante entender que no todos los niños y niñas tienen la misma forma de aprender ni los mismos talentos, y, por ende, hay que entender la educación desde la diversidad”.

Bajo este contexto, Caligrafix actualmente está trabajando en proyectos enfocados hacia la integración de niños y niñas con necesidades educativas especiales, con el propósito de generar esta diversificación de material y apuntar hacia la educación inclusiva.

Para más información: 

www.caligrafix.cl 

Instagram: @caligrafix_editorial

Facebook: @Caligrafix 

YouTube: Caligrafix

LinkedIN:Caligrafix

Acerca de: En su compromiso por contribuir a la educación de los niños y niñas de Chile, Caligrafix elabora innovadores cuadernos de actividades caracterizados por una metodología pedagógica clara y secuenciada y a la vez lúdica. Además de facilitar el trabajo docente, los cuadernos Caligrafix + PleIQ  son una valiosa herramienta de apoyo para los padres, y garantizan aprendizajes altamente eficaces. Junto a lo anterior, la editorial Caligrafix cuenta con una línea de literatura infantil y juvenil: Viaje Literario.

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