Para mejorar esta cifra, la Asociación Gremial de Industriales Químicos de Chile, ASIQUIM, está en conversaciones con institutos y universidades, con el fin de hacer convenios que permitan a los egresados de estos establecimientos poder trabajar en empresas químicas y, a la vez, estudiar carreras del área.

 

¿Qué porcentaje de los egresados de la Educación Media Técnico Profesional (EMTP) se dedica a la carrera que estudió? Según el estudio Transición Educativa-Laboral de los Egresados de la Educación Técnico Profesional en Chile, de Leandro Sepúlveda y María José Valdebenito, de la Universidad Alberto Hurtado, publicado el 2019, y que se basó en una muestra de estudiantes que cursó su último año de enseñanza media en 69 establecimientos educacionales de la Región Metropolitana, entre los años 2011 y 2016, alrededor del 60% de los egresados de la EMTP que comenzó a trabajar al finalizar su cuarto medio, lo hacía desarrollando actividades que no estaban asociadas a su formación previa, y solo un 40% de los jóvenes a los dos años de egreso, declaró desarrollar actividades que estaban en correspondencia con el nivel de cualificación adquirido en el nivel escolar.

 

En el caso de la industria química, que está presente en todo tipo de rubros –como el farmacéutico, minero, alimentario, vitivinícola, de belleza, de pintura, entre muchos otros– la realidad que refleja este estudio es muy similar. La Asociación Gremial de Industriales Químicos de Chile, ASIQUIM, que representanta a más del 90% de la industria, estima que solo un 30% de los egresados de los dos establecimientos a los cuales respalda –administrados por la Corporación de Capacitación y Empleo de la Sociedad de Fomento Fabril, SOFOFA– trabaja en el área o estudia una carrera afín.

 

Andrea Romero, jefa de la especialidad de química industrial, mención planta química, del Liceo Domingo Matte Pérez de Maipú, señala que “desde que se inició la carrera, en 1993, han egresado alrededor de 2 mil alumnos y aproximadamente un 40% trabaja en el área o estudia una carrera relacionada”. A su vez, en el Liceo Benjamín Dávila Larraín de Renca, Silvia Álvarez, jefa de la misma especialidad, pero con mención en laboratorio químico, dice que el escenario en este establecimiento es menos alentador ya que solo un 20% de los egresados trabaja en el área o estudia una carrera relacionada. “En general, hay un desencanto de los jóvenes con las carreras técnicas. Los chicos piensan que estudiando en la universidad van a tener un mejor futuro laboral y van a salir de la pobreza. No ven que mientras ejercen la carrera técnica pueden estudiar para ser ingenieros y acceder a cargos más altos”.

 

¿A qué se debe esta realidad? Carlos Lizana, director de ASIQUIM y gerente general de Cloramon, señala que las mejoras en el acceso a la universidad es un factor que influye. “En los últimos años, nos hemos enfrentado a la realidad de que alumnos egresados, de 18 o 19 años, que podrían entrar a trabajar y desarrollarse en una empresa química, no lo hacen porque optan por carreras universitarias, en que muchas veces no van a ganar lo que esperan o que no terminan. El país requiere de técnicos para su desarrollo, no solo de profesionales universitarios”.

 

Lizana agrega que no cree que los sueldos que ofrece la industria sea un factor de deserción, ya que las remuneraciones en el sector químico están por sobre la media. “Además, hay que considerar que estos jóvenes a una corta edad están capacitados para acceder con un título al mundo laboral, lo que no ocurre con los estudiantes que egresan de la formación escolar tradicional”.

 

Por otro lado, el director de ASIQUIM detalla que la asociación ha colaborado en enriquecer el currículum que va dirigido a estos estudiantes, facilitando, por medio de la educación dual (sistema originario de Alemania que usa las mismas técnicas medievales de maestro y aprendiz), la práctica y permanencia de ellos en las empresas integrantes de la asociación, programando visitas a las distintas compañías químicas, haciendo pasantías a los profesores y proporcionando equipamiento. Pese a estos esfuerzos, las cifras no mejoran.

 

Para revertir en parte esta situación, la asociación está en conversaciones con institutos y universidades, con el fin de hacer convenios que permitan a los egresados poder trabajar en empresas químicas y, a la vez, vía vespertina, estudiar carreras del área, con algún tipo de beneficio económico. Además, el 25 de agosto de este año se realizará por primera vez una feria laboral, donde las empresas socias de ASIQUIM mostrarán tanto a los alumnos como a los apoderados los beneficios de desarrollarse profesionalmente en la industria química.

 

“Los padres de estos jóvenes de sectores vulnerables quieren que sus hijos sean universitarios, ya que en la mayoría de sus familias no hay profesionales. Entonces, nos interesa que ellos también vean el potencial que tiene el acceder a una carrera técnica, que el futuro no solo está en una carrera universitaria”, dice Andrea Romero del Liceo Domingo Matte Pérez de Maipú.

 

Trabajar estudiando

 

Los jóvenes que se encuentran trabajando en la industria o son alumnos de la carrera, creen que es importante que las empresas den la posibilidad de compatibilizar trabajo y estudio. Gonzalo Yactayo (21) está dentro del porcentaje que sí decide trabajar como técnico en química industrial y se proyecta en el rubro. Ya lleva casi cuatro años en Avient, compañía de polímeros y termoplásticos, donde también realizó la educación dual. Ahora, es maestro guía de los jóvenes de cuarto y tercero medio que están estudiando la especialidad. “Me gusta la empresa y lo que hago, y me gustaría estudiar una carrera para especializarme más en polímeros, que es en lo que trabajo, pero para ello es importante poder compatibilizar trabajo y estudio”.

 

Matías Meneses (17) –alumno de cuarto medio del Liceo Domingo Matte Pérez, quien está de aprendiz en el laboratorio de control de calidad en Goodyear– opina lo mismo que Yactayo. “Lo que quiero hacer a fin de año es hacer mi practica para titularme de técnico en química industrial y dar la prueba para estudiar ingeniería en química. Y si puedo compatibilizar los tiempos, trabajar en una empresa del área mientras estudio en la universidad”.

 

También existen casos de jóvenes que están trabajando en la industria, pero tienen dudas de seguir. La posibilidad de trabajar y estudiar al mismo tiempo, podría ser un factor de retención. Ayalén Contreras (18) hizo la practica en HB Fuller, empresa de soluciones adhesivas para embalaje, la cual la contrató. Actualmente, trabaja como gestora de contenedores. “El otro año voy estudiar estética profesional y si después de eso se me da la posibilidad de volver a estudiar en el área química para trabajar en una fábrica de maquillaje, también lo voy a hacer, pero si puedo compatibilizar los horarios de trabajo con los de estudio”.

 

En cuanto a los estudiantes que aún están en el proceso de formación, la realidad, como lo dicen las cifras, es que la mayoría se inclina por no ejercer la carrera o continuar en el rubro, a pesar de valorar la educación que están recibiendo. Martín Ruiz (17) va al laboratorio de Avient, a desarrollar concentrado de color (masterbatch) dos veces a la semana. “Me gusta mucho la experiencia que estoy viviendo, doy mi 100%, pero no sé si voy a seguir estudiando en esta área o voy a optar por una carrera universitaria o técnica de otro rubro. De todas formas, creo que la educación dual es una experiencia que ayuda mucho a conocer y aprender sobre lo que es la vida de un trabajador, a tener experiencia laboral”.

 

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