Los delitos sexuales en Chile han aumentado en un 62% en el territorio nacional, principalmente en la Región Metropolitana, Valparaíso y Biobío, según informa CEAD. “Es preocupante que la mayoría de las víctimas de estas transgresiones sean niñas y niños menores de 14 años, aunque, en términos totales, los grupos etarios más perjudicados por este tipo de delitos son menores de 14 hasta jóvenes de 29 años, sin considerar que existe una cifra criminal negra: la victimización no denunciada. Aquella que, sólo podemos conjeturar, se aproxima a un 30% de las cifras estadísticas oficiales”, señala Marcela del Sol-Hallett, perfiladora criminal y cocreadora del Proyecto 360 de Prevención Criminal y Autodefensa Psicológica.

Refiriéndonos al alto porcentaje de víctimas infantiles, “es de absoluta importancia compartir información que contribuya a prevenir e identificar la comisión de uno de los más enrevesados traumas que cualquier persona podría sufrir, señala la experta que además fue víctima de abuso infantil.

Por ello, llama a los padres a estar alerta y practicar conductas preventivas desde el hogar para contribuir a la educación comunitaria en materias de prevención del delito, para resguardar la auto estima y seguridad, especialmente, de niños y jóvenes:

  • Demuestra interés en sus vidas:Preguntarles con quienes juega en el colegio, con quien comparten el recreo, etc. No solo a un nivel superficial, sino elabora una conversación desde estos puntos de inicio.
  • Familiarízate con las personas que circundan la vida de tus hijos:tanto adultos como otros niños, los padres de sus amigos, los profesores, etc. No contradigas las opiniones que tienen de ellos, sino pregúntales, amablemente, porque sienten así.
  • Háblales de las noticias de hechos de abuso sexual que podría haber escuchado:Pregúntale que piensa acerca de estos, qué haría en esa situación. De esta manera le indicas que estás disponible para conversar de estos temas.
  • Enséñale a tus hijos a tener límites:absolutamente nadie tiene el derecho a tocarlos ni a hacerlos sentir incómodos con expresiones de “afecto” (esto incluye a familiares cercanos). No le digas que es “pesado” por no querer recibir ni dar besos. Esta decisión es su derecho y de nadie más. Pon atención en las personas que, estando presentes en el mismo lugar, parecieran cambiar el comportamiento de tus hijos.
  • Edúcate sobre los signos de alarma:pueden ser conductuales y/o físicos.
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