Santiago celebra un aniversario más de su fundación, recordando aquel 12 de febrero de 1541 cuando Pedro de Valdivia estableció la ciudad en el valle del río Mapocho. Más allá de las batallas y desafíos que marcaron sus primeros años, hay un símbolo que ha acompañado su historia: su escudo. Este emblema, concedido oficialmente en 1552, no solo representa a la capital, sino que también guarda curiosos detalles sobre su pasado y su relación con la corona española.

Santiago del Nuevo Extremo, como la bautizó Pedro de Valdivia, ha tenido diferentes representaciones a lo largo del tiempo. Durante el siglo XIX, por ejemplo, el escudo original fue reemplazado por uno más sencillo que mostraba la cordillera de los Andes y la palabra “Mapocho” en grandes letras.

El historiador Raúl La Torre, Coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes, explica que hubo una misión especial liderada por Alonso de Aguilera, cuyo objetivo era obtener el título de ciudad para la entonces naciente fundación. Poco después de esta gestión, el propio Pedro de Valdivia recibió de Carlos V un decreto que, el 12 de febrero de 1552, otorgaba a Santiago dicho título. Junto con este reconocimiento, se entregó también su escudo.

“El escudo de Santiago, concedido oficialmente el 5 de abril de 1552, está cargado de simbolismo. Curiosamente, 266 años después, en el mismo lugar donde se otorgó este emblema, se consolidaría la independencia de Chile respecto al Imperio Español”, menciona el historiador.

Varios son los elementos destacados del escudo, “hay un león rampante, símbolo de la frontera y referencia a Extremadura, la región de origen de Pedro de Valdivia”, detalla La Torre y agrega,  “el león sostiene una espada de plata desenvainada, la cual representa a Santiago Apóstol, patrón de los españoles y figura clave en la conquista, además de simbolizar la constante lucha en este territorio.

Los colores también son un detalle importante con un profundo significado, “el fondo del escudo posee un color asociado a la esperanza y a la protección de mujeres y huérfanos, mientras que el blasón azul que lo rodea representa la nobleza y la lealtad al rey. También se pueden observar ocho veneras doradas (conchas), un claro homenaje al apóstol Santiago”, señala el coordinador de Extensión Cultural de la U. Andes. 

Hoy en día, el escudo luce diferente “aparececoronado con una corona ducal abierta, a diferencia de las coronas cerradas, que simbolizan el imperio, las abiertas representan un reino. Aunque no se menciona en el decreto original de 1552, es probable que este detalle se haya añadido posteriormente en Chile”, concluye Raúl.

La historia de nuestra ciudad se encuentra en sus símbolos, y el escudo de Santiago es una prueba de ello. La próxima vez que lo veas, recuerda que no es solo un emblema, sino un reflejo de la historia y la identidad de la capital.

 

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