> Por Fernanda Zuloaga, Senior VP Global Marketing & Education en Aleph.
Durante los últimos veinte años, he visto cómo la tecnología dejó de ser una promesa para convertirse en el motor real de transformación para miles de personas en mercados como los nuestros. Jóvenes sin títulos universitarios que hoy gestionan campañas globales, pymes que exportan servicios desde ciudades donde antes no había ni infraestructura. La economía digital no es solo un cambio de paradigma. Es una oportunidad concreta de inclusión. Hoy, nos encontramos ante otro de esos puntos de inflexión: la transferencia del PBI offline al PBI digital llegó para quedarse, abriendo nuevas y enormes oportunidades para quienes se animen a subirse a la ola.
La economía digital no se construye solo con datos y algoritmos: necesita personas. Y hoy, los sectores que más crecen como la inteligencia artificial, el comercio electrónico, los pagos digitales o el marketing online enfrentan un déficit global de talento. Para América Latina, eso no es una crisis: es una oportunidad inédita. Luego de la aceleración que produjo la pandemia, ahora es la Inteligencia Artificial la que está empujando a la etapa final de la transformación del mundo analógico al digital: según un informe de IDC, la Inteligencia Artificial contribuirá con $19,9 billones a la economía global hasta 2030 y generará el 3.5% del PIB Global en 2030.
Por primera vez, la geografía no determina el acceso al crecimiento. Una pyme en Lima, Medellín o Buenos Aires puede competir globalmente, construir su marca y generar ingresos sin pasar por los intermediarios tradicionales. Pero esa promesa solo se cumple si hay personas listas para aprovecharla. La buena noticia es que formar talento digital no requiere décadas. Con una conexión a Internet y una base educativa, cualquier persona puede certificarse en habilidades que hoy tienen demanda real. Es aquí donde el conocimiento se convierte en inclusión, y la capacitación, en movilidad social.
Hoy son múltiples las propuestas gratuitas o de muy bajo costo que ofrecen instituciones y ONG en distintas partes del mundo. Un gran ejemplo es la selección de cursos promocionados por la UNESCO, que abordan temas como alfabetización digital, inteligencia artificial y derechos humanos, ciencia abierta y el impacto de la tecnología en los procesos democráticos.
El caso del marketing digital es el que conozco en profundidad y soy testigo cada día del enorme potencial que ofrece. El sector necesita personas que sean capaces de entender la combinación adecuada de hardware, software, contenido, infraestructura y conectividad que necesita una campaña. Personas que no solo sepan cómo pautar, sino también cómo diseñar experiencias digitales relevantes, centradas en las necesidades tanto de las marcas, como de los usuarios.
Desde Aleph decidimos pasar del discurso a la acción. Creamos Digital Ad Expert con una idea simple pero poderosa: que cualquier persona, desde cualquier lugar, pudiera aprender a manejar las plataformas digitales más relevantes del mundo. Hoy, llegamos a 890.000 usuarios inscriptos y a más de 190.000 estudiantes certificados en 135 países. En total son más de 3 millones de horas de formación en cuatro idiomas, como certificó la Universidad de Stanford en un caso de estudio sobre la compañía. El caso, titulado “Aleph: Una ventaja colaborativa” no solo analiza nuestra estrategia para construir una empresa global sin levantar capital, sino también cómo logramos hacerlo generando valor real para cada mercado, sin perder de vista nuestra misión: cerrar la brecha digital global.
Nuestra propuesta con Digital Ad Expert tiene un objetivo claro: democratizar el acceso al conocimiento en marketing digital. Lo logramos gracias a más de 60 alianzas estratégicas con universidades, gobiernos, organizaciones sociales y la Global Skills Academy de la UNESCO, con la que participamos en misiones internacionales para promover la capacitación digital. La plataforma ofrece desde cursos gratuitos en plataformas clave como TikTok, Spotify y Meta, hasta formaciones especializadas en tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial.
Nuestro aporte es una gota en un mar complejo. Pero cada gota cuenta. América Latina enfrenta un presente difícil: Según un informe de la OIT, el desempleo juvenil en la región supera el 13%, a lo que se le suma una informalidad laboral que alcanza al 60% de los trabajadores, dificultando la estabilidad de los ingresos y la seguridad social.
Frente a este escenario, la economía digital no solo representa una vía de crecimiento para la región, sino también una oportunidad esperanzadora para redefinir el acceso al empleo, la educación y el desarrollo social. Formar talento local, conectar oportunidades globales y construir puentes donde antes había brechas: eso es lo que nos mueve.