Mientras avanzamos en el control de la pandemia, el futuro se presenta muy distinto al que conocíamos. A nivel educativo, nos enfrentamos a la vuelta gradual a la presencialidad y a las clases híbridas, período para el que necesitamos comprender el cambio de enfoque que significa y así sobrellevarlo exitosamente.

Si bien algunos colegios hace un tiempo ya implementaron la educación híbrida, separando a los cursos en grupos para alternar la asistencia presencial y la conexión a distancia en clases simultáneas, poco se ha debatido y analizado al respecto, salvo la percepción docente de que es un sistema más complejo. En definitiva, serán otra vez, las capacidades de los profesores las que se coloquen en juego para lograr el éxito de esta contingencia.

Entonces, ¿qué necesitamos? La respuesta es: tecnologías (acceso a internet y dispositivos), capacitaciones (competencias digitales docentes) y planificación.

Durante la pandemia, las universidades hemos invertido fuertemente en capacitación y tecnologías. Salas con sistemas híbridos Hyflex, internet mejorada, audio especializado, cámaras que siguen al docente en la sala y pizarras con sistema Kaptivo que permiten que el estudiante a distancia vea en su pantalla lo que el docente escribe en tiempo real, son solo algunos de los avances al servicio de la academia y que facilitan las clases en formato híbrido.

Pero, lamentablemente estas tecnologías no están al alcance de todos, por ejemplo, en los establecimientos escolares, donde las competencias docentes pasan a tener una especial relevancia. Si bien los recursos tecnológicos no reemplazan la labor docente, son un apoyo importante y una real alternativa para mejorar y facilitar las clases, sobre todo en este nuevo formato. Recursos como Nearpod o Pear Deck para clases interactivas, Wordwall, Menti, Quizizz o Socrative, permiten entregar contenidos de forma entretenida y gratuita, tanto para quienes están en sala o a distancia.

La planificación siempre es clave. El éxito está dado por la capacidad de organizarse, escoger los mejores recursos, aprenderlos y atreverse. La estructura de la clase debe ser clara para ambos grupos, presencial o remoto, respondiendo a la nueva realidad de cada comunidad académica y, sobre todo, favoreciendo los canales de comunicación.

En tiempos de incertidumbre, los desafíos son permanentes, implicando incluso el repensar la educación. Aquí, el trabajo colaborativo y en red de todos los actores del área es crucial, organismos del estado, colegios, instituciones de educación superior, entidades especialistas y expertos, todos aportando desde su vereda para la adaptación de la educación en este nuevo contexto.

Paola Espejo
Vicerrectora UDLA Sede Viña del Mar
Magister en Educación
Doctora © Educación y Tecnologías para la Información, Universitat Oberta de Catalunya

 

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