En octubre se celebra en Chile el “Día Nacional de las Frutas y Verduras”, oportunidad que realza la importancia de su consumo para nuestra salud, calidad de vida y prevención de enfermedades. Esta conmemoración recobra hoy más fuerza que nunca considerando que en nuestro país más de 11 millones de personas conviven con dos o más patologías. Pero ¿se debe o no promover el consumo de frutas y verduras?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir un total de 400 gr al día, equivalente a cinco porciones diarias y distribuidas en diferentes colores, permitiendo así asegurar un aporte balanceado de vitaminas, minerales, compuestos bioactivos y fibra, entre otros. Sin embargo, la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 muestra que nuestro país está muy por bajo la recomendación de la OMS, con una ingesta promedio de 200 gr al día; y solo un 15% de la población cumple con lo recomendado.
Resulta extraño que la población chilena presente un bajo consumo de frutas y verduras, siendo que Chile se ha posicionado a nivel global como una “potencia alimentaria” que produce y exporta frutas y vegetales frescos y procesados a más de cien países durante todo el año. Este rol genera que la mayor producción de estos alimentos tenga como destino final a los mercados extranjeros, ya que son más rentables. En tanto, la producción que no cumple estos estándares internacionales de calidad (grupo de contaminantes), son comercializadas en el territorio nacional.
En este día es importante considerar que no solo se debe visibilizar el consumo de frutas y verduras como un factor de protección ante patologías prevalentes, sino más bien tener consciencia de qué tan inocuo es el producto que se consume. Para enfrentar este escenario, se debe promover una revisión profunda de la normativa nacional para contaminantes de interés en salud pública que son consideradas laxas y obsoletas si se comparan con la Unión Europea y que es la que exigen los mercados internacionales.
Es sabido que frutas y verduras comercializadas a nivel nacional contienen una serie de contaminantes no regulados (perclorato, bromato y tiocianato, entre otros). La exposición constante a estos elementos puede ser considerado un factor de riesgo silencioso que impacta directamente en el incremento de personas con multimorbilidades. Por lo mismo, resulta fundamental que todos los consumidores tengan accesos a productos con la misma calidad, sin discriminar nación ni estrato social.
Sí, efectivamente es recomendable promover el consumo de frutas y verduras siempre y cuando las regulaciones sean igual de estrictas que las internacionales, dado que el remedio podría ser peor que la enfermedad.