26 de septiembre: Día Mundial de la Salud Ambiental

Investigador del Centro de Energía UCSC explicó algunos de los aspectos que hacen que tecnología esté ganando fuerza en el camino a la transición energética, tanto a nivel mundial como en Chile. 

En el desafío de la frenar la crisis climática, la transición energética tiene un rol relevante, al buscar alternativas limpias para la producción, distribución y consumo de energía. Una de las tecnologías que toma fuerza en Chile es la electromovilidad.

La relación entre el uso de vehículos eléctricos y la crisis climática y ecológica es estrecha: un motor eléctrico no genera gases de efecto invernadero, a diferencia de los motores tradicionales, que al producir combustión liberan a la atmósfera dióxido de carbono, principal causante del cambio climático.

“De a poco se ven circulando buses y autos eléctricos, donde nosotros podemos ser usuarios, ya sea como conductor o pasajero. Pero con la electromovilidad aparecen también algunos problemas, como la infraestructura de carga, fundamental para la instalación de electrolineras (puntos de carga para vehículos eléctricos), donde la investigación y desarrollo son claves para encontrar soluciones que permitan avanzar hacia la adopción de esta tecnología, que tiene diversos beneficios”, afirmó el investigador del Centro de Energía de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Dr. Eduardo Espinosa. 

Calidad del aire

Un vehículo eléctrico tiene cero emisiones, es decir, mientras está en movimiento no libera gases ni partículas, lo que impacta directamente la disminución de la contaminación local. 

“En Chile, 16 zonas han sido declaradas zonas saturadas en material particulado, siendo el sector transporte una de las principales preocupaciones para las autoridades, ya que genera el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Mejorando la calidad del aire, se generan beneficios directos en salud y enfermedades respiratorias, principalmente en la población infanto-juvenil y en adultos mayores”, señaló el Dr. Espinosa. 

Cambio climático

La electromovilidad utiliza como fuente energética la electricidad, es decir, no ocurre combustión fósil (gasolina, diésel, gas) y, por tanto, no se producen emisiones directas de dióxido de carbono en un vehículo eléctrico en movimiento, contribuyendo así a combatir el cambio climático. 

Al respecto, el investigador de la UCSC detalló que “este beneficio se logra maximizar cuando la electricidad es generada también con tecnologías de cero emisiones, como lo son las energías renovables. En Chile, la creciente participación de las energías renovables para la generación eléctrica del país (32% y 26.880 GWh/año generados al 2022), hace que un vehículo eléctrico actualmente emita hasta tres veces menos gases de efecto invernadero que uno a equivalente combustión. Es más, si la electricidad que utiliza un vehículo eléctrico proviene en su totalidad de generación con energías renovables, entonces ese vehículo eléctrico tendría un ciclo de funcionamiento cero emisiones”.

Contaminación acústica

Los vehículos eléctricos casi no emiten ruido, lo que es relevante en flotas numerosas de vehículos, en vehículos pesados con motores diésel, o en vehículos operando a velocidades por sobre los 50 kilómetros por hora. 

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda niveles de ruido para espacios al aire libre que no superen los 55 decibeles (dB). El Ministerio del Medio Ambiente, en sus mapas de monitoreo de ruido ha identificado puntos de acceso público que tienen niveles de ruido por sobre los 70 dB e incluso llegando a 90 dB, es decir, hasta un 64% por sobre el nivel recomendado”, indicó el académico.

Eficiencia Energética

“Cuando logramos transportar una determinada cantidad de kilómetros a personas o carga, utilizando menos energía, entonces estamos haciendo eficiencia energética en el transporte. Un vehículo eléctrico gasta en torno a un quinto de la energía que un vehículo a combustión, principalmente porque las eficiencias de un motor de combustión interna no superan el 35% mientras que las de un motor eléctrico están por sobre un 95%”, explicó el Dr. Eduardo Espinosa. 

En este sentido, una de las ventajas de los vehículos eléctricos es la posibilidad de recuperar energía gracias a los sistemas de frenos regenerativos. Por lo tanto, según apuntó el investigador del Centro de Energía UCSC, “para una misma distancia y condición de carga o pasajeros transportados, esta eficiencia energética se traduce en un ahorro económico en la operación, lo que puede llegar a impactar favorablemente el negocio en aquellos dueños de flotas cuyo nivel de actividad “.

Diversificación Energética

El 98% de la energía que consume el sector transporte corresponde a petróleo y sus derivados, por lo tanto, electrificar el parque vehicular de Chile significará diversificar la matriz energética, lo que implica hacerla menos dependiente de los combustibles fósiles y de la volatilidad de sus precios, al ser Chile un país importador. 

“El sector transporte consume el 35% de la energía nacional, siendo el segundo sector consumidor, según el balance de energía 2021. Chile ya inició el camino de la diversificación energética en el sector de generación eléctrica, donde las energías renovables vienen desplazando las centrales termoeléctricas convencionales y donde se espera que al 2050 la participación de la generación con energías renovables supere el 70% de la matriz. Si esto se cumple, y si se logra la meta al 2050 de tener un 40% de vehículos eléctricos livianos, se estima que se evitarían 11 millones de toneladas de CO2 al año, lo que equivale a reducir el gasto en energéticos del país en más de USD$ 3.300 millones anuales, equivalente a cerca del 1,5% del PIB del año 2016”, apuntó el Dr. Eduardo Espinosa.

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