Fundación Letra Libre lanza campaña para reclutar 2.000 tutores voluntarios en todo Chile, con especial foco en adultos mayores que quieran apoyar a niños con dificultades de lectura en etapas tempranas.

Aunque los resultados del último SIMCE en 4° básico muestran una leve recuperación respecto al periodo post pandemia, el panorama sigue siendo preocupante. Más de la mitad de los estudiantes no alcanza las competencias mínimas en lectura, y la situación se agrava a medida que se avanza en la trayectoria escolar.

Sin ir más lejos, en II° medio, el 78,1% de los estudiantes no logra los aprendizajes esperados en comprensión lectora. Este rezago acumulativo amenaza con consolidar una generación de jóvenes que no contará con las herramientas básicas para desenvolverse plenamente en la vida adulta.

El problema, sin embargo, comienza mucho antes. En Chile, más del 60% de los estudiantes que llega a 2° básico tiene un nivel insuficiente en lectura, y en los contextos más vulnerables la cifra es aún mayor. Las brechas socioeconómicas y de género también se acentúan con el paso del tiempo. Por eso, intervenir en los primeros años de escolaridad es clave para prevenir un daño mayor en el desarrollo educativo y personal de los niños.

Y no se trata solo de estrategias pedagógicas: contar con un adulto que modele la lectura y genere un vínculo cercano con el niño puede marcar la diferencia en esta etapa crítica. A diferencia de los años posteriores, cuando ya se “lee para aprender”, durante los primeros años los niños aún están “aprendiendo a leer”, y ese proceso requiere acompañamiento constante, confianza y personalización, que lamentablemente cientos de niños no están pudiendo recibir de manera uniforme.

UN PUENTE ENTRE GENERACIONES

Más allá del aula, la falta de vínculos también impacta con fuerza a otro sector de la población: las personas mayores. Según cifras del Observatorio del Envejecimiento UC–Confuturo, un 32% de los adultos mayores en Chile no tiene amigos y más de 500 mil viven en soledad. La desconexión social incide directamente en su salud física, mental y emocional.

Mientras tanto, niños en etapa escolar enfrentan serias dificultades para aprender a leer, muchas veces sin apoyo individualizado ni referentes cercanos. Aunque se trata de realidades distintas, ambas reflejan una necesidad urgente de construir relaciones significativas que fortalezcan el desarrollo personal y emocional a lo largo de la vida.

Frente a esta doble necesidad, Fundación Letra Libre ha desarrollado una solución efectiva. Desde 2020, esta organización sin fines de lucro trabaja para que ningún niño ni niña se quede sin aprender a leer y escribir, especialmente en contextos escolares vulnerables. Su metodología conecta a estudiantes de 2° y 3° básico con tutores voluntarios que brindan acompañamiento lector personalizado de manera remota. Esto permite llegar a zonas de difícil acceso y ofrecer apoyo directo en una etapa crítica del desarrollo escolar.

“Acompañamos a niños que están aprendiendo a leer y que muchas veces no tienen a nadie en casa que los pueda ayudar. Pero también estamos acompañando a los tutores —de todas las edades—, muchos de ellos adultos mayores, que vuelven a sentirse útiles, activos, necesarios. Algunos nos dicen que es una forma de volver a la vida”, explica Lorena Sariego, directora ejecutiva de Letra Libre.

A la fecha, más de 8.627 estudiantes han sido apoyados por la fundación en todo Chile, con un 83% que mejora al menos un nivel lector tras las tutorías. Además, el 95% de las escuelas reporta un impacto positivo en sus estudiantes, y el 97% de los tutores afirma que la experiencia ha sido significativa para ellos mismos.

“El impacto no es solo académico. Lo que se genera es un vínculo, un espacio de afecto y contención que transforma la vida de ambos. Sabemos que muchas personas mayores buscan espacios para aportar, pero también para ser vistas, escuchadas, necesitadas. Aquí encuentran todo eso, y más”, agrega Sariego.

Con estos resultados, Letra Libre lanza una campaña para reclutar a 2.000 nuevos tutores para 2025. Cualquier persona puede postular desde cualquier lugar del país, sin importar su edad ni profesión. La modalidad es completamente remota, con capacitación  y acompañamiento constante por parte de la fundación para asegurar un rol formativo de alto impacto.

“La lectura no puede seguir esperando. Tenemos las herramientas, tenemos la experiencia y tenemos la convicción de que miles de personas en todo Chile pueden sumarse. Solo necesitamos que den el paso”, concluye la directora.

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Equipo Prensa
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