Con una inflación acumulada del 4,5% y un aumento en el costo de la canasta básica, planificar las finanzas es más importante que nunca.
Con organización es posible celebrar estas fiestas de manera tranquila y responsable con el bolsillo.
Falta poco más de un mes para la llegada de la Navidad, la principal fecha de consumo de las familias chilenas. Los regalos, la cena y celebraciones se toman las preocupaciones y también el bolsillo, ya que tradicionalmente se registra un aumento en el consumo de los hogares.
Sin embargo, el escenario económico actual no es alentador. Según las últimas cifras del Índice de Precios al Consumidor (IPC), la inflación acumulada en 2024 alcanza un 4,5%, tras un incremento del 1% en octubre. Este aumento ha impactado principalmente en los alimentos, con un alza mensual del 2,4% en la Canasta Básica, la mayor registrada desde septiembre de 2023. Productos esenciales como las carnes (3,8%), papas, agua mineral y plátanos han experimentado fuertes aumentos, complicando aún más la economía familiar, mientras que los costos de la electricidad también han seguido al alza.
A esto se suma una compleja situación laboral. Según datos del INE, la tasa de empleo informal alcanza el 27%, y en agosto se registraron 37.252 despidos por necesidades de la empresa, la cifra más alta desde la pandemia, de acuerdo con la Dirección del Trabajo.
Teniendo en cuenta este escenario, es fundamental planificarse para evitar situaciones de estrés financiero. “La Navidad no tiene que convertirse en una fuente de angustia económica. Es clave identificar a tiempo los riesgos y tomar decisiones conscientes para proteger la estabilidad económica del hogar”, señala Mario Espinosa, director legal de GrupoDefensa.cl.
El llamado es a evaluar el estado financiero con herramientas como el «semáforo de las deudas» porque “así se puede reconocer cómo está la billetera familiar y gestionar de mejor manera el presupuesto en estas fechas”, explica Espinosa:
Luz amarilla (endeudamiento riesgoso):
Más del 25% de los ingresos destinados a deudas no hipotecarias o de arriendo.
Uso de la tarjeta de crédito para cubrir gastos básicos.
Línea de crédito activa, sin posibilidad de reposición
0% de ahorro.
Luz roja (endeudamiento crítico):
Insolvencia prolongada en el tiempo: ingresos insuficientes para cubrir deudas y se mantienen compromisos financieros atrasados.
Uso de crédito para pagar otras deudas («bicicleta financiera»).
Uso completo del cupo de más de una tarjeta de crédito, pagando solo el mínimo.
Cuotas atrasadas y dependencia de préstamos familiares o informales o avances en efectivo.
Claves para la planificación financiera
Además de identificar el estado de la billetera familiar con el “semáforo de las deudas”, es clave seguir estas recomendaciones:
Definir un presupuesto: establecer un límite de gasto que considere deudas existentes y evitar sobrepasarlo.
Cotizar y priorizar pagos al contado: buscar opciones dentro del presupuesto y, de ser necesario endeudarse, optar por el menor número de cuotas posibles.
Regla 70/20/10: asignar el 70% de los ingresos a gastos fijos, el 20% a variables y el 10% al ahorro, priorizando siempre cubrir las necesidades básicas.
Evitar el uso de créditos como parte del presupuesto: no considerar líneas de crédito ni cupos de tarjetas como ingresos disponibles.
“Estas fiestas pueden ser un buen momento para replantear nuestras prioridades, enfocándonos en una celebración ajustada a nuestras posibilidades y sin poner en riesgo la estabilidad económica. Lo importante es buscar alternativas que nos permitan disfrutar en familia sin presiones innecesarias”, concluye Mario Espinosa de GrupoDefensa.cl.
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Equipo Prensa
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