- Modificaciones a ley 20.584 sobre fichas clínicas electrónicas, obligará a organizar equipos mejor preparados para todos los establecimientos de salud nacionales.
- Especialistas del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud y el capítulo chileno de HL7 internacional, valoraron los avances a nivel normativo que suponen la piedra angular para la interoperabilidad del sector sanitario chileno.
– Los cambios a la ley que regula los derechos y deberes de las personas, en relación a la interoperabilidad de sus atenciones, ya fue aprobada por la Cámara de Diputados y actualmente se tramita en el Senado.
Organismos técnicos a nivel nacional en el ámbito de los sistemas de información en salud –entre ellos CENS y el capítulo chileno de HL7– esperan acelerar la preparación de capital humano para gestionar proyectos de interoperabilidad en Chile.
Los esfuerzos en el entrenamiento de profesionales y técnicos buscan apoyar los avances a nivel regulatorio que suponen la piedra angular para que el sistema sanitario local funcione de forma conectada en pos de un mejor acceso y calidad de las atenciones, señalaron los líderes de ambos organismos en el marco de la Connectathon Chile 2024, la Dra. May Chomali (directora ejecutiva de CENS) y César Galindo (presidente de HL7 Chile).
“Las noticias que hemos conocido hace un par de días sobre la vulneración de las listas de espera en un hospital público nos refuerza que estamos en la senda correcta. El proyecto de Tiempos de espera Interoperable se basa en sistemas de información robustos, no vulnerables, para que efectivamente todos y todas nuestros compatriotas tengan la misma oportunidad, con equidad, de resolver sus patologías y poder hacer trazabilidad de ese paciente”, afirmó la Dra. Chomali.
El último de los hitos en el escenario de preparación para la interoperabilidad del sistema de salud son las modificaciones a la Ley 20.584, que regula los derechos y deberes de los pacientes, actualmente en trámite en el Senado (tras su aprobación por parte de la Cámara de Diputados).
A esto se suman las disposiciones de las leyes de Telemedicina (que permiten la implementación de atención remotas) y Ciberseguridad, que pone al sector salud como un servicio esencial, según señaló Jorge Herrera , líder de la estrategia nacional de interoperabilidad y quien dirige el Departamento de Tecnologías de Información y Comunicación del Ministerio de Salud.
Actualmente, la cartera gestiona un proyecto del estándar SGSI para la protección de datos, Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (Information Security Management System, por sus siglas en inglés), en 22 de los 65 hospitales de alta complejidad del país, y que debiera sumarse a la totalidad de estos a fines de este año, según proyectó el ingeniero informático y representante del Minsal.
“La ley no solo exige tener implementado SGSI sino también planes de continuidad operacional y ciberseguridad. El apoyo legislativo es algo que se repite cuando miramos experiencias en el extranjero. Esto obliga a los (organismos) privados y públicos a interoperar. Estamos hoy en ese mismo camino”, afirmó Torres, quien fue uno de los ponentes de la Connectathon de HL7, realizada en el edificio del Instituto Profesional DUOC en San Joaquín.
La importancia de interoperar
El personero del Ministerio de Salud detalló que actualmente están ad portas o ya implementados proyectos de interoperabilidad en distintos puntos del país, entre ellos uno que conectó a un consultorio en la comuna de Los Ángeles (en la Región del Biobío), a los que se suman iniciativas similares en el Servicio de Salud de Talcahuano y en el hospital Félix Bulnes, en la comuna de Renca, Región Metropolitana.
Además hay un proyecto de Interoperabilidad para alertas sociosanitarias en siete comunas prioritarias, en el contexto de la reforma al sector salud, así como avances en el diseño de guías de implementación para iniciativas relacionadas con la receta electrónica, prestadores individuales y pabellones quirúrgicos .
Del mismo modo, Jorge Herrera expuso que una revisión por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) determinó que Chile se encuentra en tercer lugar a nivel regional en su estado de madurez para la implementación de la interoperabilidad en su sistema sanitario.
La capacidad de los distintos actores del sector para compartir información es un “objetivo estratégico” para el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, añadió el Jefe del Departamento de Tecnologías de Información y Comunicación del Ministerio de Salud.
El representante además valoró la participación de organismos como CENS (entidad apoyada por la Agencia Nacional de Investigación e integrada por cinco universidades) y el capítulo chileno de HL7 en el proceso y el carácter colaborativo de los hitos recientes, incluido el compromiso de los parlamentarios en abordar con celeridad las legislaciones relacionadas.
“La interoperabilidad es un tema que involucra las nuevas tecnologías, pero que también requiere una gobernanza seria en los procesos”, subrayó el especialista de la agencia gubernamental. “Sin tener una gestión de procesos es imposible que la interoperabilidad ocurra. Lo que buscamos son estándares, formas de interoperar y que podamos tener un uso secundario de los datos”.
Organizada por HL7 Chile (capítulo local impulsado por CENS y cuyo presidente en el país es el académico de la Universidad de Valparaíso César Galindo), la Connectathon versión 2024 consideró varios casos de uso para probar la interoperabilidad de los sistemas de información sanitaria, entre ellos los relativos s recetas electrónicas y tiempos de espera.
En esta “Maratón de conectividad” todas las organizaciones, en este caso del sistema público de salud, pudieron realizar pruebas de conectividad e interoperabilidad en un ambiente controlado y neutral. HL7 es una alianza internacional que promueve el uso de estándares para la Interoperabilidad en procesos sanitarios y ha colaborado con el Minsal en proyectos destinados a la conectividad del sistema de salud.
Plan estratégico nacional
Se estima que a nivel local hay un alto porcentaje de los establecimientos digitalizados en el sector público (uno de los más altos de América Latina): casi un 95 por ciento en atención ambulatoria (tanto en atención primaria como en hospitales); 75 por ciento en hospitalización; casi 80 por ciento en urgencia; y un 56 por ciento de procesos quirúrgicos.
Pese a este impulso y el optimismo de las agencias gubernamentales para continuar avanzando en la transformación digital, el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud calcula que el país aún resiente una brecha en términos de capital humano para la adopción y gestión de las nuevas tecnologías.
Según datos de CENS, la fuerza laboral mínima para la transformación digital es 2.320 trabajadores en la actualidad. Sin embargo, a corto plazo esa cifra se dispara a ocho mil y casi se duplica en el largo plazo (15 mil profesionales y técnicos con conocimiento y competencias en tecnología de la información, y otros asociados al cuidado de la salud, negocios, administración, entre otras disciplinas).
La brecha también alcanza la oferta académica en temas ligados a informática médica (Informática Biomédica, Ingeniería Biomédica e Ingeniería Bioinformática). En el país existen solo siete programas de formación de pregrado y diez de postgrado (siete diplomas y tres magísteres) en cuatro regiones de la zona centro-sur, de acuerdo a una revisión realizada al año 2020.
En este contexto, desde HL7, César Galindo (también integrante del comité científico-académico de CENS), señaló que es fundamental que Chile empuje un plan estratégico nacional de formación, pues el contingente actual no es suficiente para implementar la transformación digital en salud y soluciones de salud conectada, como se espera ocurra de forma cada vez más frecuente en el transcurso de esta década.
“Queremos demostrar la importancia de integrar información”, dijo Galindo, académico de la Universidad de Valparaíso y el primer líder de la alianza HL7 en el país, “pero a la vez nos damos cuenta que, en el último año y medio, las personas capacitadas para hacer eso son cada vez menos, más cortas, tenemos problemas de capital humano avanzado. Es imperioso avanzar en eso”.
El especialista –que ha colaborado en diversos proyectos de interoperabilidad para el sector público– agregó que si el país no es ágil en avanzar en la preparación de una comunidad de especialistas deberá afrontar una evolución sin precedentes para el sistema sanitario con equipos muy acotados, lo que podría tener repercusiones a nivel de implementaciones ineficientes.
“Es algo –finalizó Galindo– que tenemos que evitar. Invitamos a las universidades, los organismos técnicos, el ministerio, el CENS, a que nos sentemos a hacer un plan estratégico de capacitación nacional. Tenemos todo para hacerlo y salir rápido con lo que necesitamos: que es capital humano avanzado. La segunda preocupación que tenemos es nuestro estado de madurez (del sistema de salud), pero esperamos fortalecerlo cada vez más”.
Para la directora ejecutiva del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS), la Dra. May Chomali, el capital humano avanzado es un habilitante crucial para la transformación digital del sistema sanitario a nivel local, en la misma línea de la definición de estándares o la conformación de un ecosistema de innovación que desarrolle nuevas herramientas para problemáticas de carácter local.
“Es fundamental hacer esto en comunidad, con las universidades socias y otras, con las empresas de tecnología, con las cuales hacemos proyectos conjuntos, con los propios prestadores, con algunos socios internacionales o con asociaciones que trabajan con nosotros en un trabajo colaborativo”, señaló la representante de CENS, quien abogó por la definición de una estrategia pertinente para los desafíos que implica esta evolución, que aborde no solo un diagnóstico del problema, sino también la forma de resolverlo (Por: Luis Francisco Sandoval. Agencia Inés Llambías Comunicaciones).
Equipo Prensa
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