Las especialistas del Mineduc, Lilia Concha y Viviana Castillo, quienes tienen un rol protagónico en los esfuerzos nacionales para mitigar los impactos de la pandemia sobre millones de estudiantes, participaron en un conversatorio organizado por la Facultad de Educación de UDLA. Advirtieron que las niñas y adolescentes han sido las más perjudicadas.
La pandemia del Covid-19 generó enormes desafíos sobre el sistema educacional en América Latina. De acuerdo con la Unesco, el retroceso se percibe en todos los niveles y podría tardar años en revertirse si no se acelera la adopción de medidas sistémicas e integrales.
Sus impactos en Chile se percibieron principalmente sobre las estudiantes mujeres, un fenómeno que podría tener explicación en diversos factores. Entre estos, que muchas niñas y adolescentes debieron contribuir con labores de cuidado o que su permanencia a tiempo completo en sus hogares reprodujo históricos estereotipos que conspiraron contra su desempeño académico.
Así lo expusieron Lilia Concha, directora del Centro de Perfeccionamiento Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP); y Viviana Castillo, coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación (UCE), dos profesoras chilenas que, desde el Ministerio de Educación, están contribuyendo a impulsar un sistema escolar sin sesgos de género a través del denominado Plan de Reactivación Educativa.
Ambas compartieron su experiencia en un conversatorio organizado por la Facultad de Educación de Universidad de Las Américas, como parte de las actividades en todas sus sedes para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Sus reflexiones pusieron el acento en la urgencia de eliminar las brechas tanto a nivel curricular como en la representación de las mujeres en cargos de liderazgo en el sistema educativo.
“Los recientes resultados del SIMCE han demostrado que cuando nos tuvimos que encerrar por la pandemia las brechas aumentaron. Que cuando niños y niñas regresan a sus hogares se vuelve a asentar una reproducción de los sesgos de género que no ayudan a disminuir las desigualdades”, señaló Concha, quien subrayó que las políticas de paridad en la educación son necesarias porque vienen a “emparejar una cancha que está distorsionada”.
La Decana de la Facultad de Educación de UDLA, María Jesús Honorato, complementó que las mujeres tienen un rol central en el sistema educacional chileno, representando el 73%, pero apenas el 24% de ellas ocupa cargos directivos en el ámbito público. La académica señaló que es urgente avanzar en acciones que derriben las barreras para que las docentes puedan asumir cargos de representación y liderazgo.
“Muchas de nosotras estamos en aulas, pero son muy pocas en la toma de decisiones. Este desbalance, y así lo señala la Unesco, también tiene consecuencias. Porque diversos estudios demuestran que el liderazgo femenino tiene características que fortalecen la gestión, la retención escolar o la construcción de ambientes inclusivos y colaborativos”.
El rol fundamental de la mujer
El Plan Nacional de Reactivación Educativa es una herramienta impulsada por el Mineduc con el objetivo de mitigar los efectos negativos de la pandemia, a fin de garantizar el acceso, la permanencia y la calidad en la educación, reducir brechas y aumentar la asistencia escolar.
La profesora Castillo subrayó que Chile está haciendo esfuerzos sistemáticos para identificar y reducir los sesgos de géneros en recursos educativos, principalmente a nivel de textos escolares, debido a la abrumadora evidencia que existe respecto a cómo estos inciden en el aprendizaje y las expectativas de niñas y adolescentes.
“No se trata de cambiar o no una foto dentro de un texto, sino de una condición estructural sobre cómo entendemos una unidad didáctica. Contar con libros educativos sin sesgos es una herramienta principal para una condición de equidad respecto a cómo se generan los aprendizajes”, señaló la coordinadora nacional de la UCE.
En su análisis, los años en que las salas de clases permanecieron cerradas fueron un ejercicio que demostró que “lo que ocurre en las aulas es irreemplazable” y que cada jornada presencial es “fundamental y valiosa”. La especialista remarcó que, en este contexto, la recuperación de las brechas es primordial para todo el sistema educativo, pero principalmente para las estudiantes. Para ello, se están haciendo mayores esfuerzos en el rol de la mujer y la paridad en el contenido para asignaturas como ciencia o matemáticas, o la presencia equitativa de hombres y mujeres entre los autores de los libros de las bibliotecas escolares.
“El aprendizaje significativo es un aprendizaje sin género. Educar en equidad de género tiene que ver con educar con mejores oportunidades para niños, niñas, adolescentes y adultos (…). Todos y todas perdemos cuando no tenemos equidad en el desarrollo”, finalizó.