El Premio Nobel de la Paz 2025, otorgado a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado, ha generado repercusiones en toda la región. Para el Dr. Froilán Ramos, académico del Departamento de Historia y Geografía y coordinador del Observatorio de Estudios de la Sociedad (OES) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), el reconocimiento trasciende a la figura de Machado y se convierte en un símbolo del deseo de cambio de millones de venezolanos.
“El Nobel de la Paz a María Corina Machado representa un reconocimiento a su liderazgo en la búsqueda de una salida pacífica y democrática a la crisis venezolana. Pero también es un premio a millones de ciudadanos que han manifestado su decisión de volver a la democracia y la libertad, incluso en medio de años de represión y exilio”, sostuvo el académico.
Ramos recordó que las elecciones del 28 de julio de 2024, en las que la oposición obtuvo un respaldo mayoritario, fueron desconocidas por el régimen de Nicolás Maduro, profundizando la represión y las violaciones a los derechos humanos. “Este galardón tiene un valor simbólico muy potente: es el primero otorgado, en la categoría de la Paz, a una persona venezolana, y además, a una mujer, lo que refuerza el rol de la mujer latinoamericana en la defensa de los derechos democráticos”, destacó.
Desde una mirada regional, el académico considera que el mensaje del Comité Nobel es claro. “El premio envía una señal clara sobre los desafíos actuales de la democracia y los derechos humanos en América Latina. Es un recordatorio de que estos problemas son reales y visibles para el mundo, y de que la defensa de las libertades individuales y colectivas es un deber compartido”, señaló.
El especialista agregó que este reconocimiento interpela a los gobiernos y sociedades de la región a no permanecer indiferentes frente a los regímenes autoritarios. “Ya no es posible mirar hacia un lado y seguir tratando con dictaduras como si no pasara nada”.
En el plano interno, el académico UCSC considera que el Nobel legitima aún más el liderazgo de Machado y refuerza la esperanza de los venezolanos en una transición democrática. “Otorga confianza en el proyecto político de retorno a la democracia y puede fortalecer el acompañamiento diplomático internacional hacia una transición pacífica”.
Finalmente, advierte que el escenario sigue siendo complejo. “El chavismo ha recurrido sistemáticamente a la violencia para mantenerse en el poder. El desafío ahora es que el liderazgo de Machado logre articular una gobernabilidad estable que permita reconstruir el país sobre bases democráticas”, concluyó.