En estos dos años, la pandemia del Coronavirus ha obligado a cambiar nuestra forma de vivir, nos forzó a encerrarnos en nuestras casas y experimentar un nuevo modo de relacionarnos en lo social y en la educación: la modalidad virtual.
Después de este tiempo, el Gobierno y las instituciones educacionales están tratando de volver a las clases presenciales y aún está el temor por estas actividades, por lo que se ha implementado la modalidad híbrida, que permite la realización de actividades presenciales con un componente virtual, especialmente para aquellos estudiantes que, sin tener la posibilidad de asistir presencialmente a las aulas, puedan conectarse desde su residencia o lugar de trabajo.
Como sociedad hemos experimentado la importancia de Internet en nuestros quehaceres diarios. Se ha logrado que los estudiantes incorporen el uso de tecnologías de la información al proceso de enseñanza (aulas virtuales, plataformas de reuniones), y en la actividad cotidiana, se ha logrado simplificar procesos que implicaban grandes desplazamientos en distancia.
El uso intensivo de Internet tiene ventajas y desventajas, pero dado que estamos retornando a una nueva realidad, su uso a gran escala lleva consigo responder a inquietudes en el área educacional.
¿De qué forma podremos ocupar estas nuevas herramientas de aprendizaje? Lo que está claro es que no podemos utilizarlas con las formas clásicas de enseñanza. Necesitamos emplear de modo eficiente esta nueva manera de comunicarnos con metodologías capaces de responder a las necesidades actuales, en que se requieren profesionales y técnicos preparados no solo en habilidades propias de su actividad, sino que también en herramientas ofimáticas y sistemas de información.
El problema aparece si se produce un apagón digital. En estos momentos dependemos de Internet a tal punto que, si existe una caída del sistema, dificulta no solo el proceso educativo, sino que trastoca toda actividad.
Por ende, si bien Internet ha resultado ser una necesidad en nuestras vidas, necesitamos contar con alternativas que nos permitan continuar con el proceso de enseñanza y aprendizaje. Necesitamos enseñar a los estudiantes el perfecto equilibrio entre la utilización de Internet y el modo de comunicación análogo, para hacer frente a un apagón digital y de esa forma no estar dependientes 100% de este servicio. En resumen, Internet nos ha abierto un mundo en donde prácticamente no existen fronteras, pero debemos utilizarla con cautela.
Equipo Prensa
Portal Educa