La Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de Universidad de Las Américas inició sus actividades académicas 2025 con la charla magistral “Alimentación mundial y cambio global”, en la que se abordó la responsabilidad de los principales actores para aportar al desarrollo de políticas gubernamentales sólidas, equitativas y eficientes.
La actividad contó con la presencia de Sir Charles Godfray, director de la Oxford Martin School y uno de los principales asesores científicos del gobierno británico en temas de seguridad alimentaria; y María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Decana de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de UDLA, Lorena Jofré, enfatizó que la producción global de alimentos es una de las más complejas tareas que enfrenta la humanidad. Y en este contexto, comentó la importancia de que, desde las universidades, se reflexione críticamente acerca de la manera en que se produce, distribuye y consume alimento “en un planeta sometido a múltiples presiones ecológicas, económicas y sociales”.
En este sentido, reafirmó el compromiso de la academia con sistemas agropecuarios resilientes a través de la formación, la investigación aplicada y la vinculación activa con el entorno social y productivo. En especial, a través de enfoques como el de One Health, que reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. “Profundizar en la temática alimentaria es una responsabilidad científica y ética. Como comunidad académica, tenemos el deber de contribuir con visión de futuro y compromiso con la sostenibilidad”.
“Hay mucho por hacer”
“El modo en que producimos y consumimos alimentos hoy no es sostenible”, advirtió Sir Charles Godfray, quien subrayó la urgencia de una transformación profunda de los sistemas alimentarios, que combine ciencia, voluntad política y conciencia global frente a desafíos como el crecimiento poblacional, la escasez de recursos naturales y el cambio climático. “Si seguimos produciendo como lo hacemos hasta ahora, será imposible detener el calentamiento global”.
El académico británico enfatizó que la transición demográfica demuestra que es poco probable que la amenaza de una demanda cada vez mayor de alimentos se materialice y que el peak de población se alcance durante este siglo o el próximo. Agregó que el aumento de los niveles de ingresos ha impulsado dietas más complejas y ricas en carne, que requieren más agua, tierra y energía que una dieta basada en plantas. “Debemos tomar decisiones difíciles sobre todos los aspectos del sistema alimentario para que sea saludable, sostenible y equitativo. Hay mucho camino por recorrer, sabemos qué hacer y debemos comenzar ya”.
Godfray expuso que este escenario se da además en medio de una crisis climática que está generando impactos sobre los sistemas agrícolas, con efectos como olas de calor, incendios forestales y pérdida de suelos fértiles. Para ello, el experto de la U. de Oxford promueve una estrategia en cuatro ejes: cambiar nuestras dietas, mejorar la sostenibilidad de la producción, reducir el desperdicio (que hoy alcanza el 30% de los alimentos), y fortalecer la gobernanza para garantizar distribución equitativa y resiliencia frente a crisis como guerras o pandemias.
“Una agenda positiva”
María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, abordó los desafíos urgentes que enfrenta la humanidad en materia de alimentación, salud y sostenibilidad. La especialista enfatizó en la necesidad de generar una visión integrada entre salud humana, animal y ambiental. “No olvidemos esas conexiones básicas que a veces pasamos por alto”, dijo, apelando a un enfoque coordinado y multisectorial.
Desde la OMS, sostuvo, se ha demostrado que controlar los determinantes ambientales de la salud podría reducir hasta en un 25% las muertes en el mundo. Para ello, propuso tres grandes transformaciones en el marco de “una agenda positiva” desde la salud pública global: una transición hacia energías renovables, la transformación de las ciudades en espacios más saludables, y un sistema de producción de alimentos sostenibles, que reduzca el uso de pesticidas, minimice residuos y favorezca el acceso a una nutrición adecuada.
Neira advirtió que, si se mantienen las políticas sectoriales desconectadas entre sí, no será posible alcanzar una planificación estratégica eficaz que permita alimentar a diez mil millones de personas. En este proceso, aseguró, los médicos veterinarios, profesionales de la salud, académicos y la industria alimentaria, deben asumir un rol activo y coordinado, llamando a los estudiantes y nuevas generaciones a ejercer una presión positiva para liderar los cambios que contribuyan a garantizar salud, sostenibilidad y justicia alimentaria a escala global.