En la actualidad los niños y niñas están inmersos en un entorno digital totalmente distinto al que se crió la mayoría de los adultos de hoy. Y es que con la exposición que tienen diariamente a las pantallas, la labor de los padres es fundamental a la hora de asegurar que tengan una experiencia creativa y enriquecedora al utilizar estos dispositivos.

Antonio Da Rocha, especialista en educación digital infantil y director de educación de PleIQ, aborda este tema desde una mirada plural, inclusiva y lo más realista posible, con el fin de que sea una herramienta útil para padres y educadores.

 

“No todo uso de la tecnología es positivo o negativo en sí mismo. En un mundo donde lo concreto y lo digital se entrecruzan, es muy difícil asumir una posición binaria frente a una realidad que impacta directamente en nuestras vidas. En tecnología, al igual que todas las demás cosas de la vida, todo depende de cómo se use”, explica Da Rocha.

 

Al respecto, Da Rocha cuenta que ha sido parte de cientos de conversaciones entre educadores y padres en sus seminarios, teniendo que mediar entre posiciones dicotómicas y muchas veces radicales.

 

Pero, ¿qué dicen los expertos? De acuerdo a la Unicef en su Guía de sensibilización sobre convivencia digital, “Las tecnologías digitales inspiran a chicos, chicas y jóvenes a explorar su curiosidad, a ser creativos, comunicarse y aprender”. Sin embargo, en el documento se agrega que: “mientras internet y las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son un gran recurso, es importante contar con estrategias de protección ante los posibles riesgos que pueden surgir en los espacios digitales”.

 

Según el especialista de PleIQ: “Esto deja entrever que en el mundo digital existen peligros similares al real y hago énfasis en la palabra real con toda la intención, ya que para las generaciones consideradas digitales no existe tal diferencia”.

 

Cuando de pantallas se trata, son muchas las preocupaciones de padres y maestros. Una de las más importantes es la exposición a temas e información inadecuada para la edad y desarrollo cognitivo de los niños y niñas, interacción con desconocidos, acoso digital, tiempo de exposición, salud visual y neuronal, trastornos del sueño y concentración, entre otros, sostiene Antonio.

 

Por ese motivo, el especialista se basa en el documento publicado por la Unicef denominado Pantallas en casa. Guía para acompañar a las familias en el uso de internet, para revisar los mitos y realidades más frecuentes que viven padres y educadores en la vida cotidiana.

 

Los principales mitos, confrontados con lo que ocurre en la realidad, son:

 

Mito: se piensa que las actuales generaciones son hábiles en el uso efectivo de recursos digitales.

 

Realidad: la evidencia demuestra que, aunque son hábiles en el uso de las herramientas digitales, no poseen competencias en cuanto al manejo seguro y efectivo de las mismas.

 

Mito: lo que pasa en el mundo digital no afecta de forma directa la vida de las personas en su mundo real.

 

Realidad: Las acciones en el mundo digital pueden tener consecuencias exponenciales en la vida real, por lo que educar a los niños y niñas acerca de las competencias digitales y la reputación que esto implica en su futuro, es tarea de los adultos.

 

Mito: hacer un uso responsable de las TIC solo contempla limitar el tiempo de exposición a las pantallas.

 

Realidad: el uso responsable de las TIC es comparable a enseñarles a nuestros hijos e hijas a cruzar una avenida, a no hablar con desconocidos, a ser celosos con lo que compartimos, a proteger nuestra privacidad, etc.

 

En ese sentido, cuando las pantallas se utilizan de forma controlada, con fines educativos y de conexión socio-emocional positiva, se convierten en un medio de entretención y de aprendizaje.

 

“Sin embargo, cuando no existen límites en el tiempo de exposición y en la supervisión de los contenidos que consumen los niños y niñas, nos encontramos frente a un grave problema que puede afectar la salud física y mental”, concluye Antonio.

 

¿Qué recomiendan los especialistas? De acuerdo a organizaciones especializadas en el desarrollo infantil como la Academia Americana de Pediatría (APP), los menores de dos años no deberían tener acceso a las pantallas; para los niños y niñas entre los dos y los seis años, se sugiere que el tiempo no exceda una hora diaria y su uso debe ser controlado y supervisado, y a partir de los ocho años no deberían superar las dos horas al día.

 

Para conocer una App que aplica el uso responsable de las pantallas de forma explícita, bloqueando el acceso a los 45 minutos luego de iniciar con el desarrollo de actividades educativas, descarga gratis la App de PleIQ y una serie de recursos creados por Caligrafix + PleIQ  que te ayudarán a poner en práctica mucho de lo que se plantea en este artículo.

 

¡No esperes más!

 

Haz que tus hijos aprendan de forma segura, responsable y sin distracciones pasando solo el tiempo necesario frente a la pantalla.

 

 

 

 

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