- El 10 de abril marca una fecha especial en el calendario, el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología. Esta jornada conmemora el nacimiento del eminente científico Benjamin Franklin, cuyas contribuciones a la física y la electricidad dejaron una huella indeleble en la historia. Más allá de honrar a Franklin, esta celebración anual es un recordatorio de la importancia crucial de la ciencia y la tecnología en nuestras vidas y su capacidad para impulsar el desarrollo económico y social.
La ciencia y la tecnología, catalizadores del progreso, son los motores detrás de la innovación y, a través de ella, se forjan nuevos caminos hacia un futuro más prometedor. Desde la creación de productos revolucionarios hasta la implementación de procesos más eficientes y servicios que transforman la calidad de vida, la innovación es el hilo conductor que impulsa la evolución de la sociedad.
Es alentador ver cómo el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en el año 2021 presentó los resultados de la Encuesta sobre Gasto y Personal en Investigación y Desarrollo (I+D), revelando un ascenso al 0.36% del PIB de ese año. Este dato refuerza la idea de que invertir en investigación y desarrollo es esencial para mantenernos a la vanguardia de la innovación y el progreso, y subraya la importancia de continuar impulsando este crecimiento para alcanzar mayores niveles de desarrollo en el futuro. No nos podemos cansar de empujar desde todas las veredas el crecimiento de esta inversión.
Si nos ponemos a observar a nuestro alrededor nos encontraremos con un crecimiento de empresas de base científico tecnológica y a su vez veremos el impacto que genera en sus entornos. Según un estudio realizado por Endeavor llamado «Scaleups en Chile 2022» reveló que las SCALEUPS generan el 42% de los empleos en Chile, destacando el papel fundamental que estas empresas de rápido crecimiento desempeñan en la economía del país.
En el núcleo de muchas empresas yace la investigación científica y tecnológica de vanguardia, que ha sido fundamental en el desarrollo de diversas industrias a lo largo de la historia. Aunque tradicionalmente la ciencia y los negocios se percibían como campos opuestos debido a diferencias en objetivos y motivaciones, esta percepción está cambiando. Factores como el avance tecnológico, el surgimiento de emprendimientos y la urgencia por abordar problemas globales están transformando la relación entre ciencia y negocios, y a su vez un prometedor match entre empresas tradicionales y disruptivas.
Reconocer la importancia de la relación que existe entre la ciencia y el desarrollo de los países es esencial en el mundo contemporáneo, donde la inversión en ciencia no solo impulsa el avance del conocimiento, sino que también cataliza desarrollos tecnológicos y el progreso global.
Equipo Prensa
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