Universidad de Las Américas organizó la sexta versión del seminario “Panorama de la Educación” donde se analizan los resultados del informe Education at a Glance de la OCDE, centrado en los desafíos de la educación superior y el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la formación y el desarrollo de competencias. La actividad, liderada por la Rectora de UDLA Pilar Romaguera, permitió contextualizar los datos globales y observar el desempeño de Chile frente a los estándares internacionales. En esta oportunidad, la conferencia central estuvo a cargo del especialista en Educación, Cristóbal Cobo, quien se ha desempeñado como investigador asociado en la Universidad de Oxford y Director del Centro de Investigación de Fundación Ceibal, Uruguay.
La Rectora Romaguera destacó que Chile mantiene una fuerza laboral con calificación baja y desigual entre generaciones, producto de una expansión educativa relativamente reciente. Detalló que solo el 33% de la población entre 25 y 64 años tiene educación superior, cifra inferior al promedio OCDE: “Chile aún enfrenta una fuerza laboral con calificaciones bajas y desiguales, y más de la mitad de los adultos se encuentra en los niveles más bajos de comprensión lectora y razonamiento matemático”, puntualizó.
El informe muestra un alto retorno de la educación superior: quienes acceden a estudios terciarios en Chile tienen menor desempleo y salarios hasta 2,28 veces más altos que quienes solo completaron enseñanza media. Sin embargo, la eficiencia del sistema sigue siendo baja, con solo un 13% de titulación oportuna, una de las tasas más bajas de la OCDE.
Romaguera enfatizó que estos datos deben orientar políticas que fortalezcan la calidad y la pertinencia de la educación. “La inteligencia artificial podría ser una aliada para mejorar la formación y cerrar brechas de competencias, pero es crucial definir qué habilidades formar, cuál es el rol de la universidad y cómo anticipar los cambios del trabajo”, señaló.
“El reemplazo de la cognición humana”
Durante su presentación titulada “Cognición artificial: aumento o reemplazo de la cognición humana”, Cristóbal Cobo destacó que “la inteligencia artificial no solo automatiza tareas, está redefiniendo lo que entendemos por conocimiento y cómo lo construimos”. En este sentido, planteó que la IA debe entenderse como una tecnología estructural, comparable a la electricidad o a Internet, capaz de modificar las reglas de producción y transmisión del saber.
Uno de los ejes de su exposición fue la diferencia entre “conocer” y “comprender”. Según el especialista en innovación educativa y transformación digital, mientras las máquinas pueden procesar información rápidamente, la educación debe enfocarse en fortalecer la comprensión profunda, el juicio crítico y la capacidad de reflexión. “Si delegamos todo en los algoritmos, corremos el riesgo de apagar el cerebro: necesitamos tecnologías que nos ayuden a comprender, no solo a conocer”.
El investigador también advirtió sobre los riesgos de depender excesivamente de la IA en el aprendizaje y el ámbito profesional. Señaló que la automatización puede liberar tiempo y esfuerzo, pero también generar dependencia, desatención y pérdida de diversidad intelectual. Por ello, subrayó la importancia de utilizar la inteligencia artificial como una herramienta de aumento de las capacidades humanas, y no como un reemplazo.
“El gran desafío no es reemplazar la cognición humana, sino aprender a aumentarla sin perder la capacidad de pensar por nosotros mismos”, afirmó el autor del libro Aprendizaje Invisible.
Cobo resaltó, además, la relevancia de preparar a los futuros profesionales con alfabetismo en IA, junto con competencias humanas como creatividad, empatía y adaptabilidad. “Lo que no se puede automatizar aumenta su valor: capacidades personales, experiencia y juicio serán esenciales”, indicó, enfatizando la necesidad de formar a los estudiantes para un entorno laboral cada vez más automatizado e incierto.
Finalmente, invitó a las universidades a replantear su rol en la era digital. “No basta con hacer listas de lo bueno y lo malo de la inteligencia artificial, es tiempo de entender cómo se integra en nuestras formas de aprender y enseñar. Las instituciones que trabajamos con conocimiento debemos preguntarnos cómo seguir siendo relevantes cuando el conocimiento ya no es solo humano”.