- La compra de una vivienda sigue siendo uno de los grandes anhelos de muchas familias en Chile. Sin embargo, el alza sostenida en los precios de los bienes inmuebles ha dificultado cada vez más el acceso a la propiedad.
En este contexto, el crédito hipotecario se convierte en una alternativa clave, aunque también representa un compromiso financiero de largo plazo que requiere planificación y cautela. Así lo advierte Santiago Truffa, académico del Centro de Estudios Inmobiliarios del ESE Business School de la Universidad de los Andes (UANDES), quien entrega una serie de recomendaciones para quienes evalúan dar este importante paso.
Lo primero, señala, es cotizar en diferentes instituciones financieras y reunir una carpeta con antecedentes financieros que acrediten principalmente el nivel de ingresos. “Uno de los aspectos más relevantes para los bancos es cuánto gana la persona, porque hay una regla general: el dividendo mensual no debería superar el 25% del ingreso”, explica. A esto se suma el nivel de endeudamiento total, el que se evalúa con registros de entidades como Equifax (ex DICOM), para verificar si ya existen otros compromisos financieros que reduzcan la capacidad de pago.
¿Endeudarse para pagar el pie? Riesgos y advertencias
Otro factor importante es el pie del crédito, es decir, cuánto puede pagar la persona como monto inicial. Por norma general, debe representar al menos el 20% del valor de la propiedad. Junto a eso, el historial crediticio negativo puede ser decisivo: si hay deudas impagas recientes, el crédito puede ser rechazado.
Una práctica habitual, pero desaconsejada, es endeudarse para completar el pie, ya sea mediante tarjetas de crédito o préstamos de consumo. Aunque no existen datos oficiales que detallen cuántos chilenos lo hacen, se presume que es común.
“El problema es que los créditos de consumo tienen tasas mucho más altas y no están respaldados por una garantía real”, advierte Truffa. Por eso, sugiere reunir el pie mediante ahorro propio, evitando así caer en un sobreendeudamiento que puede comprometer la estabilidad financiera a largo plazo.
Respecto a quienes dejan de pagar un crédito hipotecario, las razones más comunes son la pérdida de empleo o problemas de solvencia. En esos casos, una opción es la dación en pago: entregar la propiedad al banco, que luego remata el inmueble para recuperar la deuda. Sin embargo, esto implica normalmente una pérdida de valor para el propietario. “En vez de caer en default, muchas personas optan por vender la propiedad y prepagar el crédito, lo que evita que se registre morosidad”, señala.
En general, las tasas de incumplimiento en el sistema hipotecario chileno son bajas, lo que refleja cierta responsabilidad por parte de los deudores y un sistema que aún opera con estándares conservadores. No obstante, Truffa recalca que informarse, planificar con anticipación y cuidar el historial financiero siguen siendo claves para no comprometer más allá de lo que se puede pagar.