Las matemáticas son consideradas como una base fundamental para el desarrollo y la vida cotidiana de todas las personas. Muchos la consideran la madre de todas las ciencias por ser una herramienta de gran utilidad en distintas actividades y acciones, ya que están presentes en todo momento, en todos lados, en todo lo que hacemos. No hay forma de escaparnos, de evitarlas, ocupan un lugar clave e irremplazable en nuestras vidas.

En el campo de las matemáticas, como ocurrió en tantos otros ámbitos, hombres y mujeres por igual, han aportado mucho para el crecimiento de esta ciencia. Desde los comienzos de la historia, muchas mujeres cumplieron un papel decisivo en el descubrimiento de grandes teoremas que fueron, son y serán clave en el desarrollo de la humanidad.

Sin ir más lejos, el Día Internacional de las Mujeres Matemáticas se celebra el 12 de mayo en homenaje a Maryam Mirzakhani (Irán, 1977 – 2014), la primera mujer (y única hasta ahora) en recibir la Medalla Fieldsen: la Medalla Internacional para Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas. Lo consiguió por sus investigaciones sobre geometría y sistemas dinámicos, su trabajo en superficies de Riemann y sus espacios de módulo.

Emma Castelnuovo (Italia, 1913 – 2014) fundó el Instituto Romano de Cultura Matemática con el objetivo de revolucionar la enseñanza de las matemáticas en la escuela pública italiana. Su propuesta era abandonar el uso axiomático de la geometría euclídea e introducir un método nuevo basado en utilizar objetos concretos y en movimiento que estimularan la intuición del alumnado. Sus prácticas tuvieron enorme éxito y difusión; y entre 1979 y 1981 fue nombrada vicepresidenta y luego presidenta de la CIEAEM (Commission internationale pour l’étude et l’amélioration de l’enseignement des mathématiques).

Emmy Noether (Alemania, 1882 – Estados Unidos, 1935) creadora de dos teoremas, uno de los cuales ahora se conoce como ‘Teorema de Noether’, e investigó la teoría de los anillos y la teoría de los números, que luego serían de gran utilidad para los físicos. Hoy es considerada la madre del álgebra abstracta; sus trabajos abrieron nuevos caminos que marcaron la trayectoria de las matemáticas contemporáneas.

Mary Cartwright (Inglaterra, 1900 – 1998) fue una de las cinco mujeres que decidieron estudiar matemáticas en la Universidad de Oxford a principios del siglo XX. Su aporte más relevante es el teorema matemático que lleva su nombre: el ‘Teorema de Cartwright’, sobre máximos de funciones, que resultó fundamental para el estudio de funciones relacionadas con fractales. Además, fue la primera mujer en conseguir la medalla Sylvester, la primera en ser miembro de la Royal Society y también la primera mujer presidenta de la London Mathematical Society.

María Josefa Wonenburger (España, 1927 – 2014) con su tesis sobre la teoría de grupos – ‘On the group of similitudes and its projective group’ revolucionó la época. También trabajó con grupos de semejanzas en el álgebra de Clifford, pero sobre todo fue conocida por sus desarrollos en álgebras de Lie. Fue en el siglo XXI cuando La Unidade de Muller e Ciencia de la Xunta de Galicia la condecoró con el Premio María Wonenburger.

Estas son sólo algunas de las tantas mujeres que se han destacado a lo largo del tiempo en Matemáticas. Ellas marcaron el camino para que otras puedan incursionar en este campo, porque todas tienen la posibilidad de ser una gran mujer matemática. Para lograrlo, es importante acercarse y relacionarse con las ciencias duras desde edades tempranas. Está comprobado, que fomentar la vocación en los primeros años de escolarización de las niñas y niños, es fundamental.

Independientemente de las habilidades particulares de cada persona, y el tiempo que se invierte en los estudios, los conocimientos adquiridos en la primera infancia, van a tener su efecto en la edad adulta. Desde Matific compartimos cinco consejos para que la niña de hoy pueda despertar su interés y desarrollar sus capacidades en matemáticas, y tal vez, convertirse en una gran mujer matemática el día de mañana.

Juegos y actividades lúdicas: Los juegos y actividades lúdicas pueden ayudar a las niñas a desarrollar habilidades matemáticas, como el reconocimiento de patrones, la resolución de problemas y la capacidad de razonamiento. Rompecabezas, juegos de construcción, juegos de mesa y juegos digitales pueden ser divertidos y educativos al mismo tiempo.

Lectura de libros de matemáticas para niños: éstos pueden ser una forma divertida y accesible de introducir a las niñas a los conceptos matemáticos.

Participación en programas extracurriculares: éstos pueden ofrecer una variedad de opciones para aprender matemáticas: programas de matemáticas para niñas, clubes de matemáticas, campamentos de matemáticas (como las que propone Matific cada año, con sus Olimpíadas de Matemáticas en línea, cuyo objetivo es fomentar la participación, y no la excelencia, incentivar a los niños y niñas a que disfruten del aprendizaje y desarrollar hábitos duraderos en el tiempo).

Uso de tecnología educativa:como aplicaciones móviles, juegos y programas en línea, pueden ser útiles para aprender matemáticas aprovechando el interés y el relacionamiento de las nuevas generaciones con el mundo digital. Lo que se busca es que los niños y niñas, aprendan matemáticas jugando, que le pierdan el temor, que el error no sea una traba, y que además de la escuela, también puedan compartir un momento lúdico y de aprendizaje junto a la familia.

 

Compartir el interés con sus pares:la posibilidad de intercambiar experiencias relacionadas con las matemáticas, participando de talleres y eventos presenciales, o a través de juegos en línea, es un gran motivador en los primeros años de vida. Que las niñas se encuentren con otras y puedan intercambiar gustos y conocimientos matemáticos, y que además, sea jugando, es fundamental para el desarrollo de lo que tal vez, más adelante, sea su profesión.

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