El cobre y otros minerales que se producen en Chile son trascendentales para combatir el cambio climático. Según cifras del Banco Mundial, para satisfacer la demanda de tecnologías asociadas a energías limpias, en los próximos 25 años se necesitará producir la misma cantidad de cobre que en los últimos 5.000 años.
Para dimensionar qué tanto podrían conocer los estudiantes sobre la minería, principalmente sobre el cobre y su aporte en la economía nacional y en la descarbonización a nivel mundial, en los últimos meses realizamos desde la Universidad de Las Américas y la Red Compromiso Minero, un análisis exhaustivo del currículum nacional de estudiantes de entre 7mo básico a 4to medio, que dejó en evidencia que existe una brecha sobre lo que se enseña de la minería actual.
Si bien, en general se reconoce el desarrollo de la minería como una actividad que ha cambiado de manera definitiva la trayectoria económica, social y cultural de Chile, los documentos por sí solos no incluyen las dimensiones relacionadas al cambio climático, o al cobre como base del desarrollo tecnológico. Por ejemplo, en 8º básico sólo se menciona “cobre” como un “cuerpo conductor de la electricidad”.
Este mineral efectivamente es un excelente conductor de electricidad. Pero, además de eso, cumple un importante rol en el desarrollo de actuales y nuevas tecnologías. El cobre está presente en cosas tan cotidianas como en nuestros celulares, computadores, televisores o hasta en los Playstation. Todos ellos no existirían sin su presencia. Y si vamos hacia el rol que cumple para hacer frente al cambio climático, nos daremos cuenta de que también es indispensable. Por ejemplo, las turbinas eólicas de 3MW, que producen energía por medio del viento y que vemos en los caminos hacia el norte y sur de nuestro país, requieren de 4,7 toneladas de cobre; por otra parte, la generación de energía a través de paneles solares, necesitan de 5 toneladas para producir 1MW; los buses eléctricos, que muchas veces vemos en las calles, están hechos con más de 369 kilos del mineral rojo. Como estos son muchos los otros ejemplos donde el cobre que se produce en Chile es el protagonista indispensable para los grandes cambios a futuro.
En razón de lo anterior, ¿cómo podemos impulsar la actualización de los curriculum utilizados para enseñar a las nuevas generaciones? Tal vez es importante establecer desde ya un trabajo colaborativo entre la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación y los sectores productivos de nuestro país. En el caso de la minería, desde Compromiso Minero estamos muy disponibles para poder avanzar en complementar, entregar datos y proveer de información para dar solución a este desafío educacional.
Además, el hecho de que niñas y niños puedan acceder a información y tengan una educación actualizada y completa respecto de la minería y del cobre como protagonista, puede incluso ampliar sus perspectivas académicas e incentivar además a que más adelante esos niños y niñas estudien carreras relacionadas con la ciencia, la innovación y el emprendimiento, aportando aún más desde Chile a desafíos tan relevantes en materia de cambio climático y cuidado del medioambiente.
No desaprovechemos esta oportunidad educacional.
Jocelyn P. Zavala Alegría
Adherente Compromiso Minero y Académica Universidad de Las Américas
Equipo Prensa
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