Guillermo Durán, Académico Instituto de Matemática, Física y Estadística, Universidad de Las Américas
El CENSO 2024 muestra que en nuestro país 725.878 personas de cinco años o más, son analfabetas absolutas, es decir, el 4,1% de la población no sabe leer ni escribir. A este panorama asoma el analfabetismo funcional; la encuesta PIAAC de la OCDE aplicada este 2025, expone que el 44% de los adultos chilenos se ubica en los niveles más bajos de comprensión lectora, matemáticas y resolución de problemas. Chile está en últimos lugares de la OCDE, a pesar de que su población alcanza en promedio los 12,1 años de escolaridad. Las cifras muestran que enfrentamos el desafío de erradicar el analfabetismo absoluto y de superar el analfabetismo funcional.
El Decreto Supremo N° 257 estableció en 2010 que la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) debía garantizar el derecho a aprender en cualquier etapa de la vida, permitiendo a que quienes no completaron la educación básica o media, puedan hacerlo en modalidades flexibles y adaptadas a sus realidades.
Actualmente, cerca de 140 mil personas participan en la modalidad EPJA, lo que equivale a menos del 3% del universo potencial: más de 4,6 millones de jóvenes y adultos que no terminaron su escolaridad. Por otra parte, programas como “Contigo Aprendo” han beneficiado a más de 160 mil personas, enseñándoles a leer y escribir desde lo más básico. Pero frente a la magnitud del desafío, los esfuerzos aún resultan insuficientes.
El Decreto N° 257 marca un hito al reconocer que la educación es un derecho que no caduca con la edad. Sin embargo, más de una década después, las cifras del CENSO 2024 y de la OCDE nos recuerdan que todavía estamos lejos de saldar esa deuda.
El 8 de septiembre, cuando se conmemora el Día Internacional de la Alfabetización, y el Día Nacional de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas, es necesario pensar en quienes aún no saben leer ni escribir o carecen de las competencias mínimas para desenvolverse en la sociedad. La tarea no es solo aumentar el número de años de escolaridad, sino asegurar que nadie sea o se mantenga en la condición de analfabeta.