- Pre kínder, kínder, primero y quinto básico junto a primero medio son los cursos evaluados por el Mapa Nutricional de la Junaeb, donde la mayoría presenta altos niveles de obesidad. En este sentido, la psicóloga de Clínica Tarapacá, Bruny Troncoso, enfatiza en cómo fomentar la relación positiva con la comida.
Tarapacá, 02 de marzo de 2023.- En los tres primeros cursos, 4 de cada 10 niños con obesidad tienen obesidad severa. Los resultados de 2021 son alarmantes, según explican desde la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), la prevalencia de obesidad de los cursos evaluados alcanzó 31% (10,8% de obesidad severa), el peso normal 34,3%, la desnutrición 2,6% y retraso en talla 6%.
También revela que las niñas tienen menor prevalencia de obesidad que los niños, lo que se puede deber a que, en esta etapa, las niñas ya comenzaron la pubertad y su crecimiento acelerado; no así el caso de los niños, donde más de 1 de cada 3 presenta algún tipo de obesidad (35%).
La obesidad infantil es una de las mayores preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que en lo que pasan los años se mantiene la tendencia al aumento de sobrepeso y obesidad infantil, lo que sin dudas presentarán patologías en la edad adulta, como también la asociación con trastornos psicológicos.
En esta misma línea, la psicóloga de Clínica Tarapacá, Bruny Troncoso, menciona que “la obesidad infantil es una de las mayores preocupaciones del país, ya que en lo que pasan los años se mantiene la tendencia al aumento de sobrepeso y obesidad infantil, lo que sin dudas presentarán patologías en la edad adulta, como también la asociación con trastornos psicológicos”.
Este informe revela que, debido a un año afectado por la pandemia, se detectó un impacto en la desnutrición de algunos alumnos, principalmente de la población más vulnerable y del norte del país y, quienes cursan 1° medio fueron quienes obtuvieron mejores resultados, lo que puede tener directa relación con autonomía en cuanto a hábitos alimentarios y la actividad física.
En este contexto, muchos niños y niñas tienen reacciones y actitudes negativas como también disconformidad con su cuerpo. “Los padres o cuidadores deben actuar a tiempo, ya que la ansiedad, depresión, sentimientos de tristeza y baja autoestima se pueden evitar si se previene, para que a largo plazo no tengan consecuencias mayores como una vida sedentaria”, señala Troncoso.
Por otra parte, la profesional señala que es importante destacar que niños y niñas que tienen Trastorno del Comportamiento Alimentario (TCA) no tienen una personalidad específica, sino que presentan rasgos asociados a la obesidad y no pueden controlar impulsos, sentimientos y conductas que se manifiestan en su entorno, ya que “ellos ocultan a través de conductas alimentarias problemáticas familiares, soledad, desconocimiento del amor propio y falta de sociabilidad”.
Parte de fomentar la relación positiva con la comida depende principalmente de los adultos que tienen la misión de la alimentación, ya que son los encargados de generar gustos o desacuerdos con las comidas, por lo que la profesional recomienda no obligar a comer, como también no incentivar tranquilizarse emocionalmente con comida, ya que sentirá la necesidad de comer cada vez que esté en ese estado y, tampoco premiar con comida.
Equipo Prensa
Portal Educa