Presente en artículos de revistas académicas internacionales, reflexiones de especialistas en educación e incluso afirmado por el Foro Económico Mundial, la colaboración en red se consolida como modelo de transformación en innovaciones sociales, incluyendo la educación, donde el trabajo conjunto entre organizaciones de la sociedad civil, comunidades y la filantropía estratégica redefine y consolida cambios sistémicos.

Junio de 2025 – Santiago, Chile – La afirmación de que el futuro de la innovación es colectivo ha sido tema de estudio para el Foro Económico Mundial, la Stanford Social Innovation Review de la Universidad de Stanford y, recientemente, abordado en el foro “Reimaginar la Educación: Nuevas rutas para la Innovación Educativa”, organizado en nuestro país por Fundación Reimagina. Es un consenso que los desafíos más complejos de nuestra sociedad —como transformar los sistemas educativos— solo pueden abordarse mediante esfuerzos colaborativos y sostenidos entre múltiples actores, destacando la necesidad de una agenda común, medición compartida y acciones coordinadas para generar cambios sistémicos.

“Nadie puede solo. Los desafíos educativos son complejos y urgentes, por eso los esfuerzos colectivos son el camino para lograr impactos sostenibles en el tiempo. Desde Fundación REimagina trabajamos bajo un marco de cambio que se construye colectivamente, articulando actores y territorios, movilizando a más de 21 organizaciones sociales, organismos privados, públicos e internacionales para avanzar de forma colectiva. Esta visión demanda también una filantropía inteligente, que no solo financie proyectos aislados, sino que invierta con criterios de largo plazo y confiando en quienes están implementando las iniciativas”, afirmó Ana María Raad, directora de Fundación REimagina.

Con ese marco de fondo, Fundación REimagina convocó a expertos nacionales e internacionales a un espacio que puso al centro la urgencia de repensar los sistemas educativos desde la colaboración y coincidir en un diagnóstico: la innovación en los procesos de enseñanza y aprendizaje requiere la articulación efectiva entre organizaciones de la sociedad civil, comunidades educativas, filantropía estratégica e instituciones públicas.

Como representante del estamento público, el director del Centro de Innovación del Ministerio de Educación, Martín Cáceres, indicó que «la forma de innovación educativa que impulsamos desde el Ministerio tiene la colaboración como uno de sus componentes fundamentales. Nos referimos a innovación como un proceso sistemático, creativo y colaborativo que busca fortalecer aprendizajes integrales y significativos, a partir del reconocimiento de desafíos y necesidades de una comunidad educativa”.

 

Alianzas colaborativas y filantropía estratégica

Diversos organismos internacionales coinciden en que las transformaciones sociales sostenibles, especialmente en el ámbito educativo, no pueden ser impulsadas de forma aislada. El Foro Económico Mundial ha señalado que “la innovación social colectiva ofrece una nueva vía de avance, reuniendo a diversos actores para generar un cambio sistémico”, y ha hecho un llamado a que los financiadores inviertan no solo en proyectos individuales, sino en una estructura que permita la colaboración efectiva y duradera entre actores diversos.

En esa línea, la revista Stanford Social Innovation Review señaló que, frente a los desafíos económicos, tecnológicos y ambientales simultáneos que enfrenta el mundo, “los innovadores sociales colectivos buscan un cambio duradero a gran escala, enfocándose en un propósito común y explorando diversas perspectivas. En lugar de buscar un consenso total, enfatizan la escucha atenta y la consulta significativa, asegurando que el impacto impulse la acción”.

En el contexto local, las alianzas multisectoriales han permitido incrementar el impacto territorial de los proyectos que van en beneficio de las comunidades educativas más relegadas, siendo plataformas de colaboración tanto de implementación, como de metodologías, datos y experiencias. En este sentido, Aurelio Amaral, director de programas WISE de la Fundación Qatar, organización que impulsa iniciativas en todo el mundo, aseguró que la innovación en educación depende” no solo de ideas creativas, sino también de la capacidad de implementarlas. En los programas de WISE valoramos proyectos que sean efectivos en un contexto geográfico y socioeconómico y que tengan la habilidad de adaptarse a otros territorios. La construcción de alianzas es clave para alcanzar ese objetivo”.

Así como Fundación Qatar, muchas organizaciones de filantropía han decidido utilizar el enfoque colaborativo de forma estratégica, buscando potenciar los resultados y generar alianzas ante los desafíos sistémicos que enfrentan las comunidades. “Al trabajar con un marco de impacto colectivo, no solo se optimizan los recursos disponibles, sino que se potencian las prácticas efectivas y se logran escalar proyectos que informan anticipadamente a las políticas. Queremos lograr cambios duraderos, de gran escala y solo desde la innovación social colectiva, que valora y sobre todo potencia el aporte de los privados, el Estado y la sociedad civil, lograremos enfrentar los desafíos sistémicos de la educación”, agregó Ana María Raad.

 

Aporte de organizaciones sociales

El diálogo entre diversos actores es reconocido como un elemento crucial para avanzar en la innovación educativa y, en ese escenario, las organizaciones de la sociedad civil juegan un rol fundamental. Su capacidad para aportar soluciones ágiles les permite abordar desafíos complejos con una mirada contextualizada, muchas veces llegando a identificar los desafíos y preparar soluciones antes que el Estado.

Según el director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, Ignacio Irarrázaval, “el aporte de las organizaciones de la sociedad civil es su capacidad para abordar problemas públicos de manera flexible e innovadora. El catastro para mejora de aprendizajes realizado por “Sumar Saberes” (Fundación Chile) y “Efecto Colectivo” (Fundación REimagina y BHP Foundation) muestran que la mayor parte de las iniciativas de innovación educacional provienen de fundaciones y organizaciones de la sociedad civil. En este sentido, es muy importante su aporte en innovación, pero también el diálogo permanente con las instituciones del Estado para compartir aprendizajes e idealmente escalar las iniciativas exitosas”.

En palabras del director del Centro de Innovación, para impulsar la innovación “se requiere el involucramiento de múltiples actores dentro y fuera de las escuelas. Las comunidades educativas, organismos públicos, el sector privado y la sociedad civil tienen papeles importantes que jugar, ya que las respuestas no las tiene ningún actor por separado, si no que tienen que ser construidas en conjunto».

Del mismo modo, para el director del Programa WISE, la colaboración se traducirá en el desarrollo de soluciones más efectivas, certeras y cercanas a la comunidad, independiente del contexto. “Una solución de tecnología educativa será más innovadora si es desarrollada en colaboración con un centro de investigación que aporte datos y evidencias desde la ciencia del aprendizaje; y lo es aún más si tiene alianzas con organizaciones de la sociedad civil que conozcan desafíos y retos de un espectro amplio de redes de escuelas”, ejemplificó Amaral.

 

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Equipo Prensa
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