Karen Núñez Directora Magíster en Docencia Universitaria Universidad de Las Américas
La evaluación tradicional, centrada en la memorización y replicación de información, está siendo desafiada por el avance de la inteligencia artificial (IA) generativa, como ChatGPT y otras herramientas similares. Estas tecnologías permiten a los estudiantes generar respuestas en segundos, lo que cuestiona la validez de los métodos de evaluación convencionales.
A nivel universitario, las habilidades prácticas y el pensamiento crítico son cada vez más valorados, por lo que es beneficioso analizar al estudiantado en situaciones que reflejen los retos y conflictos que enfrentarán en sus futuras profesiones.
A diferencia de las pruebas tradicionales, la evaluación auténtica se centra en la aplicación del conocimiento en problemas reales o simulados que requieren no solo el uso de teorías, sino también el desarrollo de habilidades de resolución, análisis crítico y creatividad. Por ejemplo, en lugar de una prueba de preguntas y respuestas en una clase de ingeniería, un estudiante podría ser evaluado por su capacidad para diseñar un prototipo. En el caso de las carreras de pedagogía, en lugar de memorizar teorías educativas, los futuros profesores podrían ser evaluados por su desempeño en el diseño e implementación de una clase real. Este tipo de enfoque de evaluación no solo permite a los estudiantes demostrar lo que saben, sino que también les exige pensar y actuar como profesionales en su campo.
La evaluación auténtica facilita el integrar y aplicar lo aprendido, por lo que la IA puede convertirse en un apoyo en el desarrollo de una determinada situación de análisis bajo este modelo. Lo anterior, ya que tiene el potencial de reducir el riesgo de deshonestidad académica, ya que las estimaciones se centran en trabajos originales, proyectos colaborativos o experiencias prácticas que tienen por objetivo crear soluciones únicas a problemas complejos.
Uno de los principales obstáculos es la resistencia al cambio, tanto por parte de los docentes como de los estudiantes, quienes están acostumbrados a métodos tradicionales de análisis. Transformar la manera en que se evalúa implica capacitar a los profesores, ofrecerles herramientas y recursos para diseñar actividades que realmente midan las competencias que se quieren desplegar.
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