Por Kemberly Rojas, Product Manager de ZeroQ
El Día Internacional de las Niñas en las TIC se presenta como una oportunidad crucial para detenernos y pensar: ¿qué tan accesible es realmente este mundo digital para todas? Esta fecha, celebrada cada abril, no es solo un reconocimiento simbólico, sino un llamado urgente a derribar las barreras que impiden que niñas y jóvenes accedan, participen y lideren en los espacios tecnológicos.
Las TIC están presentes en cada rincón de nuestras vidas: desde cómo nos comunicamos hasta cómo trabajamos o accedemos a servicios básicos. Sin embargo, la participación femenina en estos espacios sigue siendo limitada. A los estereotipos de género y la falta de referentes se suma una dificultad poco visibilizada: la inseguridad que muchas mujeres sentimos al conciliar la vida familiar, especialmente la maternidad, con nuestras aspiraciones profesionales. Esta tensión no solo limita el acceso a oportunidades, sino que muchas veces nos hace dudar al asumir cargos de liderazgo. Aun así, muchas han desafiado estas barreras y han trazado su propio camino.
Como mujeres vinculadas al mundo de la tecnología, hemos enfrentado obstáculos tanto visibles como invisibles: desde miradas que cuestionan nuestra presencia en una sala de servidores, hasta la falta de referentes femeninos en los libros de texto. Pero también hemos sido protagonistas del cambio: impulsando startups, liderando equipos de innovación, y demostrando que las mujeres no solo pueden estar en las TIC, sino que pueden ser líderes, creadoras y disruptoras.
Este Día Internacional de las Niñas en las TIC nos recuerda que el talento no tiene género, y que el futuro de la tecnología será más brillante en la medida en que logremos que más niñas se sientan seguras, motivadas y bienvenidas en este mundo. No se trata solo de sumar cifras, sino de crear entornos donde ellas puedan explorar, equivocarse, aprender y crecer sin límites ni prejuicios.
Hoy, más que nunca, necesitamos impulsar políticas, programas y narrativas que fomenten el acceso temprano de las niñas a la tecnología y carreras STEM. Necesitamos aliadas y aliados que crean en la equidad como un motor de innovación. Y, sobre todo, necesitamos contar historias que inspiren: historias de mujeres que, como muchas antes, decidieron no esperar a que les abran la puerta, sino construir la suya propia.