Jenniffer Ruiz Directora Carrera de Educación Parvularia Universidad de Las Américas
La tercera edad ha dejado de ser sinónimo de pasividad para convertirse en una etapa de nuevas oportunidades. En este contexto, un fenómeno significativo es el creciente interés de los adultos mayores por cursar estudios universitarios de pregrado. Si bien esta decisión implica retos importantes, también ofrece una revitalización personal y social que puede transformar la vida de quienes se atreven a dar el paso.
En un entorno académico digital, la adaptación a nuevas tecnologías y plataformas virtuales es un gran desafío para muchos adultos mayores, pues estas herramientas no formaron parte de su educación previa. Esto genera una brecha digital que requiere apoyo y capacitación. También, conciliar estudios con responsabilidades familiares, como el cuidado de nietos o familiares enfermos, reduce su tiempo para aprender. Los cambios físicos propios de la edad también pueden afectar la concentración y el rendimiento académico, haciendo necesarias estrategias de apoyo.
A pesar de estos desafíos, los beneficios de estudiar en la tercera edad son innegables. La educación no solo mantiene la mente activa, sino que también previene el deterioro cognitivo y fomenta la interacción social, reduciendo la soledad y el aislamiento. Además, alcanzar metas académicas refuerza la autoestima y la motivación personal que pueden mejorar significativamente la calidad de vida y el bienestar emocional.
Chile enfrenta el desafío de desarrollar políticas educativas inclusivas que respondan a las necesidades de los estudiantes mayores. Se deben adaptar los métodos de enseñanza, facilitar el acceso a herramientas tecnológicas y promover entornos accesibles. Asimismo, es esencial fomentar una cultura que valore el aprendizaje a lo largo de la vida, reforzando la idea de que nunca es tarde para estudiar.
El aprendizaje no tiene edad y el conocimiento es un motor de vida. Nuestro país tiene la oportunidad de construir un sistema educativo más inclusivo, donde cada persona, sin importar su edad, pueda acceder a la educación y seguir creciendo.
Equipo Prensa
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