Leonardo Fernández, Académico investigador del Núcleo de Investigación en Sustentabilidad Agroambiental (NISUA) Universidad de Las Américas
Cada 6 de septiembre se conmemora el Día Mundial de las Aves Playeras, una fecha para reflexionar sobre la importancia de proteger a estas especies que embellecen nuestras costas y desempeñan funciones cruciales en los ecosistemas. Entre ellas se encuentran zarapitos, playeritos y chorlos, conocidos por sus migraciones épicas. Un ejemplo notable es el zarapito de pico recto (Limosa haemastica), que viaja casi 10.000 kilómetros desde la isla de Chiloé hasta Alaska, demostrando su resistencia y adaptabilidad.
Las aves playeras son vitales para la salud de los hábitats costeros. Se alimentan de invertebrados que viven en los litorales y reducen las poblaciones de insectos, evitando plagas y la transmisión de enfermedades zoonóticas. Durante sus migraciones, dispersan semillas y polinizan plantas, asegurando la resiliencia de la biósfera marítima frente al cambio climático. Además, participan en el ciclo de nutrientes, aportando fósforo y nitrógeno al ambiente, lo que enriquece los suelos y sustenta la biodiversidad.
Estas especies enfrentan numerosas amenazas. El desarrollo inmobiliario ha mermado su entorno. La contaminación ha reducido sus fuentes de alimento y el cambio climático ha alterado sus patrones de migración. Lo anterior, subraya la necesidad urgente de implementar medidas de conservación efectivas para proteger a estas aves y los ecosistemas de los que dependen.
Su valor cultural y económico es significativo. Han inspirado mitos, leyendas y obras de arte en diversas culturas, y su capacidad para viajar largas distancias, se considera un símbolo de tenacidad y adaptación. En muchas comunidades que viven en zonas del litoral, son parte integral del turismo de observación de aves, proporcionando beneficios monetarios y educativos que fortalecen los capitales locales y fomentan una mayor conciencia sobre la conservación.
Hoy se están invirtiendo grandes esfuerzos en la protección de las aves playeras y sus hábitats. Organizaciones internacionales como BirdLife International y la Convención sobre Especies Migratorias, promueven políticas de conservación y establecen áreas protegidas en rutas migratorias clave. Sin embargo, la responsabilidad no recae solo en estas entidades, nosotros también podemos contribuir a su preservación. Acciones como evitar el ingreso a zonas de nidificación, participar en la limpieza de playas, reducir los ruidos molestos en las áreas marítimas y fomentar el cuidado de estas aves en niños y adultos, son formas con las que todos podemos involucrarnos.
Esta efeméride nos brinda la oportunidad de renovar nuestro deber implícito de protegerlas y conservar su medio ambiente. Estas aves son guardianes de nuestros ecosistemas y su resguardo es esencial para mantener la biodiversidad y el equilibrio ecológico que todos compartimos.
Equipo Prensa
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