En 1967, la ONU y la UNESCO declararon al 8 de septiembre como Día Internacional de la Alfabetización. En todo el mundo se celebra este día, con el objetivo de concientizar e instalar en la agenda pública, la importancia de la educación en todas las sociedades. En Chile, como en todos los países de la región, la clave para que niños y niñas se acerquen a las matemáticas, está en el juego.
«Los niños no juegan para aprender, pero aprenden porque juegan«. Esa frase de Jean Piaget resume el valor que tienen el juego y hoy también la gamificación en los procesos de aprendizaje. Si nos enfocamos particularmente en las matemáticas, solemos encontrar algunos preconceptos que afirman que es difícil, que es aburrida, o que no es para cualquiera. Esto refuerza la ansiedad matemática, relacionada con la falta de confianza en la resolución de problemas. ¿Hay otras formas de aprender que favorezcan el razonamiento matemático? Claro que sí, pero antes tenemos que saber cuál es nuestro punto de partida.
Si tomamos como referencia las pruebas PISA 2018, en la que uno de los aspectos a relevar es medir la capacidad de los estudiantes de 15 años para formular, emplear e interpretar las matemáticas en una variedad de contextos, podemos observar que los desafíos son significativos. Para mejorar estos indicadores es fundamental fortalecer el desarrollo de habilidades y competencias matemáticas durante los primeros años y durante la educación primaria.
En Chile el puntaje promedio obtenido es de 417,4. Junto con Uruguay es uno de los que mejor desempeño tiene en esta área, por encima de esta variable en LATAM (387,8). No obstante, si se desagrega por niveles de aprendizaje, el 51,9% de los estudiantes no alcanza el nivel básico (menor e igual a 1). El porcentaje restante se divide casi entre aquellos que alcanzan el nivel básico (25,5%) y los que están por encima del nivel 3 (22,9%). Aun así, el desafío en Chile sigue siendo importante.
El foco en los aprendizajes
Pensamiento crítico, plantear y diseñar estrategias de resolución de problemas, analizar modelos matemáticos, razonar y representar situaciones, son algunas de las competencias que necesitamos fortalecer de cara a los desafíos del presente y del futuro. En América Latina los bajos resultados de aprendizaje en esta área demandan estrategias innovadoras no sólo para implementar en las aulas sino también desde las políticas públicas. Asimismo, el sector privado también tiene el desafío de articular, involucrarse y aportar a los procesos de mejora.
Uno de los principios pedagógicos que sustentan la propuesta de Matific es que las actividades incluidas en la plataforma buscan hacer visible el proceso que va desde lo concreto hacia lo abstracto. Esto es algo clave en las clases porque permite hacer foco en el aprendizaje conceptual. Los estudiantes necesitan poder hacer ese recorrido, comenzar trabajando los conceptos con diferentes materiales, pasando por lo pictórico, para luego introducir la abstracción aritmética, por ejemplo. Aquí la tecnología nos permite lograrlo, y siempre con el juego como eje.
A partir del juego, de introducir actividades con un componente lúdico alto, se cambia la relación de los alumnos con la matemática, y además se habilitan espacios donde el estudiante no siente temor a equivocarse ya que la misma plataforma lo incentiva a poder tomar ese error y usarlo para seguir avanzando y aprender.
La tecnología que ofrecemos se encuentra íntimamente ligada a la metodología y didáctica. Por un lado, porque permiten a los docentes hacer más productiva su clase a partir de las diferentes herramientas que se ofrecen y los informes de desempeño de los alumnos. Por otro, porque tiene en cuenta el ritmo de aprendizaje de los alumnos, y habilita a realizar una adaptación curricular y una personalización del recorrido que realizará cada estudiante. Así la plataforma responde a las necesidades de cada uno y logra una mejora sustancial en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
El valor agregado de Matific también está relacionado con su aporte que hace para mejorar el diseño de políticas públicas. Por ejemplo, en el caso de Chile trabajamos en un piloto con 787 escuelas, 3100 docentes, y 111.736 estudiantes, desde el estado de Arica hasta la Patagonia chilena.
Entre marzo y octubre de 2019 los estudiantes de Chile realizaron más de 2,6 millones de actividades que resultaron en una mejora promedio del 20.9% en todas las áreas del plan de estudios. Sumado a esto, vimos una correlación positiva de 0.41 entre el tiempo dedicado al uso de Matific y el puntaje de las prácticas SIMCE, lo que significa que para la cohorte que participó de las prácticas SIMCE, aquellos que más tiempo habían utilizado Matific, obtuvieron mejor puntaje en las prácticas de SIMCE.
Esta evidencia es fundamental para comprender cómo el juego y la gamificación, a partir de la incorporación de plataformas adaptativas permiten reforzar no sólo los aprendizajes individuales de los estudiantes, sino además imaginar un futuro más próspero y con más oportunidades para ellos en América Latina.
Acerca de Matific
Matific es una plataforma educativa para la enseñanza y el aprendizaje de la matemática fundada en 2012, que está presente en más de 60 países y disponible en 40 idiomas. Está orientada a estudiantes y docentes de nivel inicial y primario. Matific adopta un enfoque único para enseñar matemáticas de jardín de infantes a sexto año mediante minijuegos prácticos e interactivos, llamados episodios. Estas aplicaciones inmersivas del tamaño de un bocado para tabletas y computadoras personales se basan en un sistema de aprendizaje en espiral modular y progresivo.
El enfoque de Matific fue diseñado para brindar un apoyo óptimo para que los educadores transmitan conceptos matemáticos de la manera más efectiva y atractiva posible. Los episodios de Matific permiten un enfoque de aprendizaje combinado. Después de seleccionar los episodios relevantes, los maestros pueden integrar sin problemas exploraciones matemáticas prácticas en su propio formato de aprendizaje de clase.
Equipo Prensa
Portal Educa