Jessica Durán, académica Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial UDLA Sede Viña del Mar
Existe un viaje silencioso, pero significativo, que todas las personas debemos enfrentar, la transición hacia la vida adulta, proceso que está lleno retos y complejidades, volviéndose aún más desafiante para aquellos que presentan algún diagnóstico de discapacidad.
En este contexto, el profesor de educación diferencial cobra una importancia crucial, no solo enseñando habilidades académicas, sino que también apoyando en el camino hacia la independencia de sus estudiantes. Cada uno merece la oportunidad de alcanzar su máximo potencial, sin importar sus capacidades o limitaciones.
Desde la primera infancia, estos profesionales y los equipos de aula trabajan en estrecha colaboración con sus alumnos y sus familias para identificar metas, desarrollar habilidades y crear un plan de acción personalizado. Esta labor temprana sienta las bases para una transición exitosa en el futuro.
Uno de los aspectos más importantes es la preparación para el empleo. En un mundo cada vez más competitivo, encontrar un trabajo significativo puede parecer una tarea abrumadora para este grupo. Sin embargo, los profesores diferenciales no solo proporcionan capacitación laboral práctica, sino que también abogan por la inclusión en el lugar de trabajo y ayudan a establecer conexiones con empleadores dispuestos a dar oportunidades justas.
La independencia en la vida diaria es otro objetivo fundamental. Desde habilidades básicas como el manejo del dinero y cocinar, hasta tareas más complejas como el traslado en transporte público, se deben preparar incansablemente para proporcionar a los estudiantes herramientas necesarias para vivir de manera autónoma y satisfactoria.
Esta transición a la vida adulta no está exenta de obstáculos. La falta de recursos, el estigma social y las barreras estructurales, sociales y políticas a menudo dificultan este proceso. Es aquí donde la labor del equipo se vuelve aún más vital, buscando la forma de eliminar la discriminación, educando a la sociedad y abogando por políticas inclusivas que garanticen que todas las personas tengan la oportunidad de vivir una vida plena y significativa, fomentando la autoestima y la confianza en sus estudiantes, llevándolos a creer en su propio potencial y a enfrentar los desafíos con valentía y determinación.
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