Cognita Chile comparte recomendaciones prácticas para que familias y colegios impulsen el bienestar emocional de niños y adolescentes. Pequeños hábitos diarios pueden marcar una gran diferencia en el ánimo, el rendimiento académico y la convivencia escolar.
Chile. Agosto de 2025. Los días más cortos, las temperaturas bajas y el aumento de actividades dentro de las aulas suelen traducirse, durante el invierno, en estudiantes con menor nivel de energía y mayor irritabilidad, por lo que hay que estar conscientes de que el bienestar emocional es determinante para el desarrollo escolar.
La psicóloga del Colegio Pumahue Huechuraba, Magdalena Palomino explica que “cuando la exposición a la luz solar disminuye, se altera la síntesis de serotonina y vitamina D; eso, combinado con más horas frente a pantallas y la presión del segundo semestre, se manifiesta en desmotivación, conflictos entre pares y un rendimiento académico que suele descender”. Añade que no se trata de cambios drásticos, sino de “micro-hábitos” que, mantenidos a diario, ajustan el reloj biológico, elevan la energía y mejoran el clima de aula. Estos son cinco recomendaciones de la especialista para cuidar la salud mental de los estudiantes:
El primer hábito recomendado es la exposición temprana a la luz natural. “Bastan diez minutos de luz, aunque sea junto a una ventana, antes de las nueve de la mañana para sincronizar el ciclo sueño-vigilia y favorecer un estado de ánimo más positivo durante la jornada”, explica. Los niños pueden mirar por la ventana al levantarse, un buen recurso es abrir las cortinas y dejar entrar luz natural por las ventanas. En sus salas de clases pueden aprovechar la luz del sol, unos minutos para observar el exterior antes de comenzar el día.
La importancia de rutinas de sueño consistentes: Establecer horarios regulares para acostarse y levantarse es fundamental para el bienestar de los estudiantes, sin importar la edad. Un buen dormir adecuado no solo permite que el cerebro descanse y se recupere, sino que también mejora la concentración, el estado de ánimo y la capacidad para aprender y rendir durante el día. Para una buena higiene de sueño, es crucial que se evite la exposición a pantallas y su contenido estimulante, ya que dificulta el descanso, provocando mayor irritabilidad e incluso desmotivación.
Movimiento cotidiano: Aunque en invierno el clima y los horarios posteriores a clases dificultan salir y hacer ejercicios o actividades recreativas al aire libre, es fundamental que los niños tengan al menos quince minutos diarios de movimiento liviano. Los recreos son un espacio clave para esto, jugar con amigos en el patio permite que los niños se muevan, respiren aire fresco y se desconecten de las actividades escolares de la sala. La exposición al aire libre y el juego en grupo estimulan la liberación de endorfinas, mejoran el ánimo y la energía, además de fortalecer las habilidades y vínculos sociales, fomentan el trabajo en equipo y contribuye a un mejor bienestar emocional y rendimiento académico.
Una alimentación que “abriga” desde adentro, rica en legumbres, pescados con omega-3 y frutas de estación, combinación que estabiliza la glucosa y aportan los nutrientes claves para la función cerebral. Una dieta equilibrada y rica en legumbres, pescados, frutas y verduras en invierno ayudan a mantener la energía que el cuerpo de los estudiantes necesita. Promover los buenos hábitos alimenticios en la casa y traspasarlos al colegio es clave para que nuestros estudiantes enfrenten de mejor manera el día a día.
Se entiende que muchos niños prefieren llevar a clases colaciones altas en calorías y muy dulces, pero es importante que la base de su alimentación sea balanceada y con los nutrientes que realmente necesitan. Si hablamos de una alimentación saludable y nutritiva, el tomar desayuno es prioritario para energizar la rutina diaria y favorecer los aprendizajes.
La especialista destaca la conexión social consciente: En esta época del año, la sensación de aislamiento suele ser más intensa debido a que no se realizan actividades sociales al exterior. Por esta razón es fundamental promover momentos de conexión social y consciente, especialmente en familia. Conversar de manera diaria, hacerse preguntas sobre el día, compartir una buena noticia, agradecer o reflexionar en conjunto, son prácticas sencillas que fortalecen vínculos y mejoran la comunicación. Estos espacios pueden ayudar también a resolver inquietudes, generar confianza y construir lazos afectivos, que muchas veces de debilitan por el uso excesivo de la tecnología y el ritmo acelerado del día a día.
“Una comunidad que fomenta la cercanía y el respeto reduce los factores de riesgo de ansiedad y depresión, pero también mejora los resultados académicos porque un estudiante que se siente acompañado aprende mejor”, finaliza la psicóloga.
Proteger la salud mental de los estudiantes hoy es invertir en su aprendizaje y en la convivencia escolar de mañana.
Acerca de Cognita Chile
Cognita Chile es parte de Cognita, un grupo educativo global, con 20 años de trayectoria, destacado por ofrecer experiencias de aprendizaje de alta calidad y una formación integral para niñas, niños y adolescentes. En Chile, reúne una red de colegios que comparten la misión de preparar a los alumnos para los desafíos del mundo actual y futuro. A través de planes de estudio flexibles, profesores altamente calificados y un enfoque centrado en una formación holística, Cognita Chile crea un entorno seguro y estimulante que permite a cada estudiante alcanzar su máximo potencial académico y personal.