Recientemente el Ministerio de Educación (Mineduc) recibió el informe con recomendaciones para modificar el Sistema de Admisión Escolar (SAE), creado por la Ley de Inclusión en 2015. Una de las propuestas es la vuelva el mérito académico, desde 7° básico, basándose en tres pilares, fortalecer el compromiso de las familias con los proyectos educativos, generar un sistema más flexible, y retomar el rol del rendimiento académico.
Pilar Laso, directora académica de la Red de Colegios del Arzobispado, expresó que esta iniciativa si bien podría beneficiar a algunos establecimientos en términos de resultados académicos, podría profundizar aún más la segregación escolar en Chile.
“Los colegios que podrían adherir a esta propuesta son, en general, aquellos que han mantenido altos resultados de aprendizaje, ya sean públicos o particulares subvencionados. El principal beneficio para ellos sería poder conservar estos resultados evitando la incorporación de estudiantes que no adhieren a su proyecto educativo institucional”, indicó Laso.
La educadora señaló que esta modificación surge como una respuesta a la pérdida de resultados observada en liceos públicos emblemáticos, situación que —según explicó— está fuertemente relacionada con problemáticas de convivencia escolar y no necesariamente con aspectos pedagógicos.
“Esta medida favorecería a colegios que, como varios liceos Bicentenarios, han logrado mantener buenos resultados con estudiantes de sectores vulnerables que tienen altas expectativas académicas. Sin embargo, con el SAE muchos de ellos han debido incorporar a estudiantes que no cuentan con las competencias necesarias para estos niveles de exigencia, especialmente en enseñanza media”, agregó.
Laso también advirtió que uno de los principales riesgos de esta política es la profundización de la segregación social en el sistema escolar. “La selección de estudiantes podría llevar a que ciertos liceos concentren a aquellos con menores resultados y mayores dificultades socioemocionales y conductuales, lo que sería altamente perjudicial para la equidad del sistema”.
Los desafíos del SAE
La directora académica enfatizó que la implementación del SAE ha significado importantes desafíos de gestión para los establecimientos de excelencia, que han debido rediseñar sus prácticas pedagógicas y de acompañamiento, especialmente para estudiantes con necesidades educativas especiales.
“En nuestra experiencias, hemos debido responder a una creciente demanda de estudiantes con necesidades educativas especiales, quienes hoy alcanzan hasta un 20% de la matrícula. Muchos de ellos requieren una atención especializada que el sistema actual no logra asegurar con los recursos disponibles”, explicó. Pilar Laso, subrayó la necesidad urgente de contar con políticas públicas que permitan una inclusión educativa efectiva, especialmente frente al creciente ingreso de estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), sin los apoyos médicos, sociales ni económicos que esta población necesita.
Pese a las dificultades, la Red de Colegios del Arzobispado sigue comprometida con una educación centrada en la dignidad humana y el desarrollo integral de cada niño y niña. A juicio de Laso, cualquier modificación al sistema debe considerar no solo los resultados académicos, sino también los principios de inclusión, equidad y diversidad.
“La ley de inclusión es una gran oportunidad para que todos los niños y niñas puedan acceder a una educación de calidad. Pero esto requiere de una implementación realista, con recursos adecuados, y criterios que también permitan a los establecimientos resguardar su proyecto educativo”, concluyó.