Nicole Alegría Directora Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial, UDLA, Sede Concepción
La pandemia por COVID-19 alteró la rutina de millones de estudiantes debido a los cambios significativos en el ámbito educativo, que incluyeron el cierre prolongado de escuelas y la transición forzada a la educación en línea. Aunque esta solución fue necesaria, no pudo reemplazar completamente las experiencias del aula, lo que puso de manifiesto problemas en el acceso a las tecnologías necesarias para transmitir conocimientos, junto con la falta de capacitación docente en herramientas tecnológicas y las dificultades para mantener la atención y el compromiso de los estudiantes. Estas barreras generaron estragos en la adquisición de nuevos aprendizajes, comprometiendo e interrumpiendo la calidad de la educación.
A medida que se comienza a superar esta crisis sanitaria, la recuperación de conocimientos perdidos se presenta como un desafío crucial abordarse con urgencia y determinación. La reactivación pedagógica va más allá de simplemente retomar las clases presenciales o cumplir con el currículo nacional; requiere un enfoque holístico y multidimensional que aborde tanto el recobro de las nociones académicas, como el bienestar socioemocional de los estudiantes.
Aunque este plan ha sido una prioridad desde el año 2022, es un desafío nacional que se resolverá a largo plazo. Por lo tanto, es necesario discutirlo a fondo para garantizar su estabilidad en el tiempo.
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