El inicio del año escolar conlleva desafíos para las familias y, especialmente, para los estudiantes. Este período puede generar ansiedad, sobre todo para aquellos que se enfrentan a un cambio de curso o establecimiento o bien, tuvieron algún tipo de complicaciones previas vinculadas a aspectos académicos o socioemocionales. Por esta razón, María Luisa Salazar, académica de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo, entrega algunas recomendaciones para que los niños puedan tener un comienzo de clases exitoso, ya que es esencial “promover un proceso de adaptación fluido, agradable y seguro, en donde el acompañamiento de los padres o apoderados es esencial”, destaca la experta.
¿De qué manera los padres pueden acompañar a sus hijos para un buen inicio del año escolar?
Algunas estrategias claves para acompañar de forma efectiva a los estudiantes en el inicio de este nuevo año académico, son: Anticipar a los niños a la rutina escolar que comenzará, transmitiéndoles tranquilidad y confianza en la institución educativa y en los profesores, traspasando expectativas positivas del nuevo periodo, y motivarlos sobre actividades y aprendizajes que podrán desarrollar. También, ajustar el horario y rutina diaria al menos una semana antes, de manera de asegurar las horas necesarias de sueño con un despertar más temprano sin problemas. Además, hay que tener en consideración que hay que retomar el contacto con la vida escolar de manera amigable y gradual, haciendo partícipe a los niños de la preparación para el inicio de clases. Por ejemplo, que escojan y preparen su mochila, marquen con algo distintivo y significativo sus útiles, organicen un espacio de estudio en casa, preparen su propia colación, si así el colegio lo permite, dispongan de su horario en un lugar visible.
Fijar metas comunes y abordables para el nuevo año, sin centrarlas exclusivamente en el rendimiento académico, si no que valorar los avances en ámbitos deportivos, artísticos, sociales, emocionales y focalizarse en sus esfuerzos y procesos para alcanzarlos. Esto les permitirá acercarse al mundo escolar con mayor entusiasmo y desde una disposición positiva. Por último, asegurar que los niños no falten a clases las primeras semanas, ya que es un momento de adaptación clave en que requieren consolidar vínculos con sus profesores y compañeros, así como acostumbrarse a los nuevos ritmos que implica la transición desde las vacaciones.
¿Qué pueden hacer las instituciones educativas para hacer más amable el regreso a clases de los estudiantes?
Durante un periodo de inicio del año académico, el foco de las escuelas debe estar en favorecer la motivación de los estudiantes en sus primeros días escolares y en acompañar sus emociones para asegurar un retorno a clases exitoso.
Para ello es esencial que el sistema escolar considere las necesidades de cada niño, facilitando una adaptación fluida, agradable y segura. Algunas estrategias claves recomendadas para facilitar a los estudiantes el inicio del año académico por parte de las instituciones educativas, son: ofrecer un espacio abierto y voluntario de reconocimiento de sala y profesores previo a la entrada oficial ayudará a reducir la ansiedad de niños que lo requieran; considerar un tiempo de adaptación, involucrando ajustes curriculares y de jornada, si es necesario, permitirán una integración progresiva a la nueva rutina; proponer dinámicas de clases más allá de la normalización.
¿Es recomendable entregar un tiempo para que los niños y niñas se adapten mejor a la rutina escolar?
El comienzo del año académico conlleva un periodo de transición entre el ritmo y actividades más flexibles que se viven en momentos de vacaciones, y la rutina más estructurada del mundo escolar. Para que esta adaptación sea motivante y permita una integración progresiva a la nueva rutina, se recomienda a las instituciones educativas considerar un tiempo de adaptación para la comunidad educativa, en que se involucren ajustes curriculares y de jornada durante las primeras semanas de clases. Por ejemplo, acortar el horario habitual de salida; proponer una entrada diferenciada a grupos de niños de un mismo curso; proponer actividades y clases en donde prime el juego, el trabajo en grupos, experiencias en el exterior, e instancias de mayor interacción, donde los niños tengan oportunidades de conversar con sus pares y expresarse desde diferentes dimensiones.
Equipo Prensa
Portal Educa