Veintitrés cultores y maestras artesanas de la comuna cordillerana expusieron en el Centro Cultural La Moneda en Santiago.
Qué mejor propósito el de fomentar, valorar y preservar el ejercicio del oficio artesanal como medio de desarrollo de las personas que lo practican, propiciando a vinculación institucional para el desarrollo de actividades e intervenciones necesarias que permitan un desempeño libre y creativo de cultores artesanales, especialmente mujeres de La Araucanía.
Una muestra clara de tales iniciativas fue la Exhibición y Taller: “Oficios de tradición familiar e identidad cultural de Lonquimay” en Santiago, actividad que involucró a 23 cultoras y cultores de Lonquimay, comuna cordillerana de La Araucanía, quienes viajaron especialmente hasta uno de los espacios más importantes de nuestro país, el Centro Cultural La Moneda, en Santiago, lugar en el que convergen las artes y la tradición cultural.
Teniendo un propósito fundamental, compartir los patrimonios artesanales de su territorio, donde se preservan técnicas propias de una memoria familiar local en torno a la madera, el textil y el cuero. La actividad fue financiada por el Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC).
En este marco de apoyo, promoción y visibilización del trabajo artesanal que realizan maestras y cultores de la comuna, se abrió el espacio de la Cineteca Nacional de Chile, Centro Cultural Palacio de La Moneda, para la presentación de la “Obra: El viaje de la lana”, una original propuesta donde entregan las vivencias de 7 mujeres cordilleranas de la localidad rural de Lolén, de la comuna de Lonquimay.
La directora de la entidad Susana Ortiz sostuvo que “como Fundación Chol Chol estamos profundamente emocionados y contentos, pues hemos tenido un camino recorrido de varios meses o años de trabajo en Lonquimay. Cuando uno habla de esta zona siempre piensa en la cordillera, montañas, ciertas cosas características de la cultura, pero al llegar a las casas de los cultores, entender lo que significa el verano, el invierno, el trabajo que tiene una mujer, tanto en sus responsabilidades y más aún ser la creadora de un producto patrimonial, nos motiva a seguir avanzando”.
“Hoy todo nuestro trabajo ha dado como resultado una nueva línea de productos destinado a clientes específicos. Por lo tanto agradecemos que se concreten este tipo de instancias donde podemos vincular a cultores y maestras artesanas de la comuna cordillerana, quienes fortalecen y potencian su patrimonio cultural, por medio de muestras de productos originados por propios cultores y la realización de talleres gratuitos a la ciudadanía. Creemos que ha sido fundamental el apoyo incansable del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, quienes a través de su seremi, nos impulsan a seguir nuestro propósito como gestores culturales en la región”, expresó de Susana Ortiz, directora Ejecutiva de Fundación Chol Chol.
En tanto, el seremi de las Culturas Eric Iturriaga Gutiérrez, que acompañó a la delegación en la Estación de Trenes de Victoria, subrayó que “valoramos y reconocemos el trabajo y el esfuerzo que hace la gente de Lonquimay, de estar trabajando en condiciones que no son siempre fáciles. Y como seremi de las Cultura les brindamos nuestro apoyo y cariño. Es importante mencionar que la Fundación Chol Chol es una organización colaboradora del Ministerio de las Culturas, que recibe financiamiento de nuestra cartera y que este es un proyecto Fondart de nuestro ministerio, que pone en valor nuestra identidad, el trabajo de la gente de esfuerzo y lo visibiliza, esta vez, en el Centro Cultural de La Moneda, con estos embajadores culturales de Lonquimay”.
La actividad vista como un hito tanto para los cultores como las instituciones que lo organizaron, contó la asistencia de un gran marco de público, quienes disfrutaron de la exhibición de decenas de obras que reflejaron el rico patrimonio artesanal de Lonquimay, zona andina de La Araucanía, donde destacaron principalmente tres oficios: los textiles en lana de oveja, como el trariwe (faja femenina mapuche), el chañuntuko (utilizado como parte del apero para montar o para cubrir las piernas); el trabajo en cuero, que responde a una de las actividades principales de este territorio (la crianza de animales menores, como chivos y ovejas); y el tallado en maderas nativas, con las que sus cultoras y cultores crean piezas utilitarias y decorativas, reflejando la belleza natural de la flora y fauna del territorio.
La iniciativa desarrollada en conjunto por Fundación Chol Chol y Fundación Artesanías de Chile, generó diversos talleres abiertos a todo público, con la convicción que los asistentes pudieron participar de diversos oficios de propios de la zona cordillerana. Tales como la creación de un maullo pehuenche en cuero junto al maestro Horacio Meliñir, realizando una reproducción en miniatura de un mawüllo: artefacto tradicional, popularmente conocido como randones, utilizados por el pueblo pehuenche para desplazarse sobre la nieve, especialmente en terrenos montañosos y nevados. En paralelo el maestro Manuel Fuentealba, realizaba el taller de calzado tradicional pehuenche de uso masculino, mas conocido como ojotas, elaborado con cuero curtido.
Y por supuesto, uno de los oficios más tradicionales de la zona, el textil pehuenche, deleitó a las asistentes con las técnicas del ñimin ojito de guanaco junto a las maestras textileras de Lonquimay y el chañuntuku, tejido tradicional pehuenche, junto a la maestra artesana Ingrid Meliñir, estas piezas son usadas para cubrirse del frío en largas travesías a caballo o arrebozarse durante la ceremonia del nguillatun.