- La participación de la mujer de sólo un 20% en los estudios superiores de esta área es una de las inquietudes planteadas por la secretaria de Estado durante el conversatorio “Mujeres en STEM: Desafíos y Claves”, organizado por el Instituto Profesional Iplacex.
- En el evento se analizaron los desafíos para promover una mayor participación femenina en carreras relacionadas con ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Santiago, 28 de mayo de 2025.- El último informe sobre matricula en educación superior en Chile arrojó que el 53% de los estudiantes son mujeres. Sin embargo, esa participación se reduce drásticamente a sólo un 20% cuando se hace un zoom sobre las carreras STEM.
La superación de esa brecha fue el tema central de la charla magistral “Mujeres en STEM: Desafíos y Claves”, realizada en el Instituto Profesional Iplacex, en el que participaron especialistas en materias de tecnología en distintas industrias.
La actividad fue encabezada por la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry, quien recordó con preocupación que, en la última Encuesta de Percepción Social de la Ciencia, un 18% de los participantes consideró que las niñas tenían menos habilidades para las matemáticas que los niños.
“Este es un prejuicio sobre las capacidades que tenemos las mujeres en ciertas áreas, que tiene consecuencias gigantescas en la formación y en los estereotipos, incluso en como los profesores se aproximan a sus alumnos a la hora de enseñar estas materias, y eso debe cambiar. Y para que esto suceda, tienen que haber políticas públicas, incentivos y lugares como éste que se comprometen con esta tarea”, expresó la ministra Etcheverry.
La secretaria de Estado recordó que las titulaciones de pregrado de estas carreras bordean el 8% de mujeres, y que sólo un 11% de las empresas de base científica están lideradas por ejecutivas. Por ello, los expertos destacaron la importancia de la educación para promover este tipo de formación en la población femenina.
“A pesar de que la ciencia y la tecnología son cruciales en el mundo de hoy, es paradójico que aún no cuenten con las suficientes vocaciones para estudiarlas, y las mujeres están mucho más ausentes en estos espacios. Brindar educación de calidad también significa estar atentos a estas brechas para promover estrategias para reducirlas”, opinó sobre este punto el rector de Iplacex, Roberto Barriga.
También participaron este encuentro la presidenta de la mesa de Equidad de Género de ACTI, María Fernanda Caicedo; la vicepresidenta de la Alianza Chilena de Ciberseguridad, Pía Salas; la directora de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de Iplacex, Carolina Soto, y la directora ejecutiva de Grupo Enovus, María José Gutiérrez.
“El rol de la educación es vital en la triada gobierno, organizaciones y academia. La academia debe ser sustento, fuente de información y promotora de estas nuevas posibilidades. Incluso hasta después de lograr el éxito profesional o técnico, la academia debe mantenerse porque hay que aprender todos los días”, señaló la representante de ACTI, María Fernanda Caicedo.
La actividad tuvo como invitados especiales a alumnos de colegios técnicos de las comunas de San Miguel y Maipú, próximos a incorporarse a la educación superior y a su inserción en el mercado laboral.
“La presencia de mujeres hace que las industrias y empresas sean más rentables, y a pesar de eso, ha disminuido su participación en directorios de empresas de Chile. Tenemos que visibilizar este tema para generar más espacios para las mujeres”, concluyó la directora ejecutiva de Grupo Enovus, María José Gutiérrez.
En su intervención, la ministra Aisén Etcheverry destacó algunas políticas públicas impulsadas desde el ejecutivo para la promoción de las vocaciones en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. Entre ellas, destacó el programa que busca formar a educadores de párvulos para que impulsen la investigación desde la primera infancia, que ya se está aplicando en jardines Junji.
El rector de Iplacex, Roberto Barriga, también destacó la importancia de promover este tema desde edades más tempranas, para reducir desde el origen las brechas vocacionales con que llegan los estudiantes a la educación superior.