Así se refirió Julián Sanclemente, CEO y cofundador Alprestamo, quien además agregó que la capacidad de adaptarse a estas expectativas determinará qué instituciones logran mantenerse relevantes en esta nueva era digital.
Santiago, Chile. 15 de enero de 2025. El perfil del usuario financiero está cambiando de manera drástica. La combinación de una acelerada transformación digital y las nuevas expectativas de los consumidores ha puesto a las instituciones financieras ante un reto crucial: adaptarse o quedarse atrás. Este nuevo consumidor prioriza la seguridad, la personalización y la accesibilidad, mientras busca experiencias ágiles que eliminen las fricciones tradicionales en la gestión de sus finanzas. «Este cambio no es solo una evolución tecnológica, sino una transformación cultural en la manera de interactuar con los servicios financieros», destaca Julián Sanclemente, CEO y cofundador Alprestamo.
De hecho, según el último estudio Global Findex, realizado por el Banco Central, la inclusión financiera ha avanzado significativamente señalando que en 4 años la bancarización a nivel mundial aumentó del 68% al 76% y en Latinoamérica el porcentaje pasó del 55% al 75% en el mismo período.
En este sentido, el usuario moderno se caracteriza por su preferencia por herramientas digitales que le permitan gestionar sus finanzas desde cualquier lugar, sin la necesidad de acudir a oficinas físicas. Durante la pandemia, quedó claro que la autonomía y la capacidad de realizar transacciones de manera segura y rápida son esenciales.
Las tecnologías avanzadas han desempeñado un papel clave en esta revolución. Herramientas como la inteligencia artificial para predecir necesidades y detectar fraudes, el blockchain para garantizar transparencia en las transacciones, y el open banking para facilitar la innovación mediante el intercambio seguro de datos han transformado la relación entre los consumidores y las instituciones financieras. Estas soluciones no solo mejoran la experiencia del usuario, sino que también fomentan la confianza en un sector históricamente percibido como opaco.
Diferencias Generacionales
Las demandas de los usuarios financieros varían según las generaciones:
Millennials: Prefieren la personalización y son receptivos a compartir datos para mejorar su experiencia.
Generación Z: Valoran la velocidad y la comodidad, optando por aplicaciones intuitivas y seguridad biométrica.
Generación X: Aunque más conservadores, han adoptado herramientas digitales que combinan simplicidad y seguridad.
En respuesta a estas demandas, los marketplaces financieros han evolucionado rápidamente para ofrecer procesos simplificados, experiencias más personalizadas y una mayor inclusión financiera. Estas plataformas no solo centralizan la oferta de productos, sino que también permiten a los usuarios completar procesos de adquisición de forma rápida y segura desde un solo lugar.
«La revolución digital en el sector financiero es una oportunidad para promover la inclusión y la innovación, ajustando las soluciones a cada cliente y a las particularidades de cada mercado», concluye Sanclemente.
El usuario financiero moderno no es simplemente un consumidor más exigente; es un agente de cambio que está definiendo el futuro del sector. La capacidad de adaptarse a estas expectativas determinará qué instituciones logran mantenerse relevantes en esta nueva era digital.
Equipo Prensa
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