Loreto Cantillana Académica Facultad de Educación Universidad de Las Américas
Un importante evento de la música es El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, escenario que ha sido tribuna para que múltiples artistas compitan por la añorada gaviota de plata en la competencia folclórica. En esta última versión, el dúo musical Metalengua, integrado por los hermanos Pascal y Martín Torres Miranda, representaron a Chile con la canción La baba del sol, obteniendo el primer lugar en el certamen. Más allá de su interesante y colorida propuesta escénica, este vals porteño de temática amorosa, cautiva por un lirismo que se escapa de los cánones propios de este género musical, puesto que presenta una letra que se desmarca del romanticismo tradicional y ofrece una perspectiva ambivalente de la experiencia del amor.
Imágenes perturbadoras como pájaros negros que escapan del cuello del hablante, reflejan la angustia y oscilación de sentimientos entremezclados de amor, deseo y miedo. Incluso la sensación de confusión entre el barro y el oro, que refuerza el vaivén emocional en que se transita a lo largo de esta pieza musical. El componente más subversivo recae en la imagen recurrente de “besos que son la baba del sol”, lo que remite a su viscosidad, quitando el halo idealizado que significa un beso. Por tanto, la canción desafía abiertamente la concepción tradicional del beso romántico y rompe su aura sublime, trasladándolo a una representación más terrenal y pasional.
El texto de esta canción es un guiño a la poesía escrita por Martín Torres, quien además de músico, cuenta con formación literaria y es autor del libro Una esfera saltarina. Esta obra al igual que la canción ganadora en Viña del Mar, trasgrede imágenes tradicionales como el poema Ola de CocaCola, donde se juega con la estructura de una oda como poema que ensalza y se convierte en el derrame azucarado de la bebida gaseosa.
La propuesta musical de Metalengua con su estilo “chispop”, como los dulces de cumpleaños infantiles, fusiona el chis como chispa de alegría, fiesta, infancia y subversión con el pop, un estilo híbrido que une diversos elementos como raíces folclóricas, experimentación y música popular. La baba del sol, un poema hecho canción, ilustra fielmente las particularidades de este dúo y muestra una propuesta con nuevos matices que invita a conocer otras formas de comprender el folclor desde una mirada creativa y reversionada.
Equipo Prensa
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