Ivonne Maldonado Directora Carrera de Psicología UDLA Sede Concepción
El 13 de julio se conmemora el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una afección que incluye problemas relacionados con la mantención de la atención, la hiperactividad y conductas impulsivas.
Estos síntomas interfieren significativamente en distintas dimensiones de la vida de un niño o adolescente. Aunque a menudo se asocian con dificultades en el proceso de enseñanza-aprendizaje en espacios de educación formal, los estudios indican que también afecta el desarrollo socioafectivo.
Cuando un niño presenta este diagnóstico, es crucial asumir una postura empática, entendiendo que no existe una intención deliberada de «portarse mal», moverse constantemente, no mantener la atención o exhibir conductas arrebatadas. Por el contrario, a menudo hay un gran esfuerzo por intentar adaptarse a un entorno normativo que no siempre comprende las implicancias del TDAH.
Estos niños suelen sentirse menos valiosos que sus pares, ya que, desafortunadamente, padres y educadores a menudo se enfocan en sus faltas y errores. Lo anterior se traduce en la generación de descalificaciones como «eres desordenado», «siempre te portas mal», «contigo no se puede salir a ninguna parte», y «si pusieras atención no perderías tus cosas». Dichas afirmaciones son interiorizadas, creando un autoconcepto negativo que también se refleja en una baja autoestima.
El daño emocional generado por estos constantes mensajes negativos también puede manifestarse en etapas posteriores, como la adolescencia, donde la búsqueda de identidad es fundamental.
Es probable que estos jóvenes que crecieron en un entorno poco comprensivo, se muestren inseguros y dificultades para desarrollar autoeficacia, complicando aún más la formación de un sentido de identidad basado en habilidades y competencias, dificultando su capacidad para generar autonomía y transitar hacia la vida adulta.
Es importante recordar que los espacios seguros y amorosos para niños y adolescentes con TDAH permiten sobrellevar esta afección con menos dolor y más esperanza.
Equipo Prensa
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