En el marco del Día Internacional del Juego, Fundación CAP —a través de su Programa Aprender en Familia— destaca el valor del juego como una herramienta clave además, para el desarrollo emocional, social y cognitivo de niñas y niños.

Santiago, mayo de 2025.- El 28 de mayo se conmemora el Día Internacional del Juego, establecido por la ONU en 1998 como una forma de recordar la Declaración de los Derechos del Niño y la Niña de 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, donde se reconoce el juego como un derecho fundamental de la infancia.

Lejos de ser sólo una actividad recreativa, el juego es una herramienta poderosa para el aprendizaje y el desarrollo integral de niñas y niños. A través del juego, exploran el mundo que los rodea, aprenden a comunicarse, expresan sus emociones, desarrollan habilidades cognitivas y sociales, y fortalecen sus vínculos afectivos.

Desde la experiencia del Programa Aprender en Familia, Fundación CAP destaca cómo el juego contribuye significativamente al desarrollo integral desde la primera infancia:

  1. Potencia el aprendizaje: Durante el juego, los niños y niñas tienen la oportunidad de reforzar el lenguaje de manera funcional y creativa. Además, refuerza el pensamiento crítico y la memoria.
  2. Desarrollo de habilidades:El juego permite que niñas y niños experimenten, resuelvan problemas y desarrollen su creatividad. Jugando adoptan roles, crean significados y encuentran distintas formas de enfrentar desafíos, expresar emociones, superar miedos y proyectar sueños.
  3. Fortalecimiento de los vínculos familiares:Jugar en familia permite salir de la rutina, conocerse más y construir una identidad grupal. Es un espacio de encuentro que refuerza la confianza, el afecto y la comunicación entre sus miembros.
  4. Expresión de emociones:El juego es una vía natural para que niñas y niños expresen lo que sienten. Al sentirse seguros y en confianza, muchas veces manifiestan sus emociones a través del juego, lo que da a los adultos una valiosa oportunidad para acompañarlos, conversar y enseñar a resolver conflictos.
  5. Desconexión y bienestar:Compartir momentos lúdicos en familia ayuda a disminuir el estrés y fomentar el bienestar emocional. Jugar libera hormonas relacionadas con la felicidad, promueve la relajación y mejora el estado de ánimo de grandes y chicos.
  6. Integración del cuerpo, las emociones y el pensamiento:Durante el juego, las niñas y niños están activa y plenamente involucrados. Aunque no siempre implique movimiento físico intenso, el cuerpo reacciona ante las emociones, generando nuevas posturas y respuestas. Jugar es activar mente, cuerpo y corazón al mismo tiempo.

En este Día Internacional del Juego, hacemos un llamado a proteger y promover el tiempo y los espacios para jugar, tanto en los hogares como en los entornos educativos.

“El juego es capaz de poner en sintonía a adultos y niños, ya que es una herramienta que permite estrechar el vínculo entre las sensaciones del cuerpo con los pensamientos, relacionando creatividad, imaginación y experiencia”.

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Equipo Prensa
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