Por Romina Torres, académica Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI, investigadora titular de Data Observatory.

Cada vez más mujeres están descubriendo en la ingeniería no solo una carrera, sino una herramienta poderosa para transformar positivamente el mundo. Desde Chile, están liderando proyectos que abordan directamente los grandes desafíos de nuestra época: la pobreza, la salud, la educación, la equidad, la sostenibilidad ambiental y la protección de los derechos fundamentales, entre otros.

Lo más emocionante es que la ingeniería no es un camino lineal ni un destino fijo: es una plataforma de reinvención constante. Cada proyecto, cada desafío, permite a las mujeres ingenieras renacer con nuevos propósitos, adaptarse, aprender y aportar desde distintas perspectivas. ¿Qué área no tiene problemas que resolver? Una mujer ingeniera puede estar en un aula diseñando herramientas educativas, en una comunidad desarrollando soluciones sostenibles, o en un laboratorio creando algoritmos que mejoren la vida de millones.

Porque la ingeniería, además de técnica y rigurosidad, es empatía. Es la capacidad de ponerse en el lugar de otras personas para diseñar soluciones que realmente importan. Es escuchar, observar, entender y actuar con propósito.

Este camino de transformación no es nuevo. En 1919, Justicia Espada Acuña Mena se convirtió en la primera mujer ingeniera civil de Chile y Sudamérica. Su tesis sobre resistencia de materiales y su trabajo como calculista de puentes en la Empresa de Ferrocarriles del Estado marcaron un hito en la historia de la ingeniería nacional. Su legado vive hoy en cada mujer que, como ella, ve en la ingeniería una herramienta para construir puentes —no solo físicos, sino también sociales— hacia un futuro más justo y humano.

Hoy, mujeres ingenieras en Chile están desarrollando soluciones que salvan vidas, protegen comunidades y amplían derechos. Están creando tecnologías que permiten comunicarse en emergencias sin conexión, diseñando sistemas que anticipan riesgos ambientales, y desarrollando herramientas que automatizan diagnósticos médicos para mejorar la atención en zonas rurales. Están detrás de innovaciones que hacen más eficiente el uso de recursos, que mejoran la calidad de vida de quienes más lo necesitan, y que aseguran que la tecnología respete la privacidad, la equidad y la dignidad humana. Estas mujeres no solo resuelven problemas complejos: están construyendo un futuro más justo, más seguro y más humano para todas y todos.

El 23 de junio se celebra el Día Internacional de las Mujeres en Ingeniería, una fecha reconocida globalmente para destacar las contribuciones de las mujeres en este campo y promover la equidad en las disciplinas STEM. Pero más que una celebración, es una invitación: a descubrir, a imaginar, a construir.

Porque cuando una mujer entra a la ingeniería, no solo mejora su vida: mejora el mundo al poner su vida, su experiencia y su experticia al servicio de las personas.

 

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