• Tres escuelas se suman al programa “Vamos Huerteando en Comunidad”, una iniciativa de ONG CETSUR que vincula agroecología, nutrición y educación a través del trabajo en la tierra.

Durante este 2025, tres nuevas huertas educativas se instalarán en establecimientos de las regiones de Ñuble y Biobío, como parte del programa “Vamos Huerteando en Comunidad”, ejecutado por ONG CETSUR y financiado por el Programa Elige Vivir Sano del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. 

Las escuelas Alto Cabrero y Dama Blanca de Talcahuano, en la Región del Biobío, junto a la Escuela San Francisco de Asís de Portezuelo, en la Región de Ñuble, serán los escenarios donde, entre marzo y agosto, se desarrollarán espacios formativos enfocados en incorporar la huerta como una herramienta pedagógica integral. 

El objetivo principal es que niños, niñas y docentes vivan experiencias significativas de aprendizaje colectivo, impulsadas por la curiosidad, la colaboración y la conexión con la naturaleza. A través de seis talleres guiados por un equipo multidisciplinario especializado en agroecología, nutrición y culinaria, se busca fortalecer el conocimiento sobre los alimentos y sus aportes para la salud, fomentar el consumo de frutas y verduras y vincular el trabajo en la huerta con acciones prácticas como la siembra, el cuidado de plantas y la elaboración de preparaciones saludables.

Estas actividades no sólo permiten reforzar conocimientos desde un enfoque vivencial, sino también promueven estilos de vida saludables, conectando a las comunidades escolares con alimentos de temporada y saberes tradicionales que valoran el entorno y la cultura local.

Víctor Saavedra, docente y encargado de la huerta en la Escuela Dama Blanca, valoró la alianza con CETSUR: “Desde 2024 iniciamos la vinculación con ellos. Creemos que es una gran oportunidad para la comunidad educativa, ya que nos brindará una gran experiencia de poder tener un huerto educativo, complementando el trabajo medioambiental que ya realizamos. Nuestra expectativa es que nos brinde nuevos conocimientos y ayude a gestionar este espacio como un aporte para la educación, cultura y saberes tradicionales de las futuras generaciones”.

Por su parte, Jorge Chavarría Cabezas, director de la Escuela Alto Cabrero, destacó el impacto a largo plazo de esta iniciativa: “Estamos muy contentos y agradecidos de poder realizar este trabajo. La ONG viene con un proyecto de sustentabilidad que conecta lo educacional con el medio ambiente. Queremos que nuestros alumnos sean protagonistas, participando activamente en talleres y clases, y que podamos fortalecer los lazos dentro de nuestra comunidad escolar”.

Huerta y Educación

Desde ONG CETSUR, destacan la relevancia de este programa en las comunidades y los múltiples beneficios de este tipo de aprendizaje. “Creemos que una huerta puede ser mucho más que un espacio de cultivo: es una oportunidad para reencontrarnos con los ciclos de la vida, con el saber de nuestros territorios y con la comunidad o la familia. A través del programa Vamos Huerteando en Comunidad, buscamos que las personas de todas las edades aprendan a sembrar, observar, cuidar y a valorar los alimentos y la naturaleza. Nos emociona ver el recibimiento, donde muchos estudiantes dejan su celular de lado con interés de conectar con la naturaleza y con los recuerdos de sus conexiones con sus abuelos o cercanos que le hablaban de huertear», comentó Gisela Rocha, coordinadora del programa.

Cabe destacar que durante 2023 se instalaron un total de 15 huertos educativos en 10 establecimientos de las regiones de Ñuble y Biobío. En 2024, tres nuevos huertos se sumaron al programa en ambas regiones.

Con estas nuevas instalaciones, se reafirma el compromiso de fomentar una educación más integral, donde aprender también significa sembrar, cuidar y cosechar.

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Equipo Prensa
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