Septiembre marca uno de los momentos más esperados del año: las Fiestas Patrias, una de las celebraciones más importantes y arraigadas en la identidad cultural del país. Estas festividades combinan elementos religiosos y cívicos que permiten a chilenos dentro y fuera del territorio nacional reunirse para rendir homenaje a su historia y tradiciones.
Raúl La Torre, historiador y Coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes (UANDES), explica que “las Fiestas Patrias han sido siempre un momento de encuentro, de identidad y de reafirmación de lo que somos como nación. Son celebraciones que mezclan lo popular, lo religioso y lo cívico, y que han evolucionado sin perder su esencia”.
Las tradiciones
Entre las costumbres centrales se destaca la Parada Militar, que acompaña estas fechas desde 1817. Cada 19 de septiembre, gran parte del país sigue por televisión este tradicional desfile. “Con el tiempo, se consolidó como un símbolo de unidad y fortaleza para el país. Realizada en el Parque O’Higgins de Santiago y encabezada por el presidente de la República, es un acto donde participan distintas ramas de las Fuerzas Armadas. Más allá de lo marcial, representa la continuidad histórica de Chile y su institucionalidad”, señala La Torre.
Las fondas y ramadas son otro de los sellos distintivos de septiembre. Estos espacios de encuentro popular tienen raíces en antiguas festividades religiosas y se han convertido en el corazón de la celebración. Según La Torre, “estas estructuras, hechas con ramas y toldos, reúnen a los chilenos en torno a la comida, la bebida y el baile. Desde mediados del siglo XIX, las fondas mantienen viva la esencia de las Fiestas Patrias con empanadas, chicha, anticuchos y pan amasado”.
La gastronomía ocupa un lugar especial en estas fechas, y dentro de ella la empanada de pino es protagonista indiscutida. La Torre explica que “su origen está en la herencia española, pero fue adaptada a los ingredientes locales. Su nombre proviene del mapudungun ‘pinu’ o ‘pirru’, que significa carne cocida o picada. Hoy, la empanada de pino es uno de los alimentos más representativos y queridos de nuestra cocina, casi obligatoria en septiembre”.
Finalmente, una de las tradiciones más antiguas es el Te Deum, acto religioso que sigue ocupando un lugar central en la conmemoración. “Este himno cristiano de agradecimiento, entonado en la Catedral de Santiago, se ha ido adaptando con el tiempo para acoger a distintas confesiones religiosas. Es un recordatorio de que las Fiestas Patrias no solo son festejo, sino también gratitud, memoria y fe”, concluye La Torre.