De este se desprende, que el 87,5% de los socios comunitarios son mujeres, que tienen entre 30 y 40 años. La mitad tiene formación profesional y un 37,5% estudios técnicos. Respecto a sus expectativas, el 75% confía en los conocimientos de los estudiantes y el 100% espera un trabajo colaborativo y efectivo.
La vinculación con el medio se convirtió en requisito obligatorio para la acreditación institucional para los planteles de educación superior desde mayo de 2025. Frente a este nuevo escenario, la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile destaca por su trayectoria en esta materia. Desde 2009, ha implementado el modelo de Aprendizaje Vinculado con el Medio (AVM) en diversas asignaturas de las carreras de Ingeniería Comercial, Ingeniería en Información y Control de Gestión, y Contador Auditor.
Una de las metodologías clave en este enfoque es el Aprendizaje-Servicio (A+S), que integra contenidos académicos con trabajo colaborativo en comunidades y organizaciones. Esta estrategia permite a los estudiantes aplicar sus conocimientos en contextos reales, abordando problemáticas económicas, sociales, ambientales, políticas y culturales, fortaleciendo así el vínculo entre la formación universitaria y el entorno.
Para conocer y analizar las características, perfiles y las expectativas de los socios comunitarios que participan en la experiencia de A+S, la académica Verónica Pizarro junto a docentes de la Universidad Católica de Valparaíso y de la Universidad de las Américas, desarrollaron el estudio de caso Expectativas comunitarias en experiencia de A+S: Perspectivas en emprendimientos chilenos.
El estudio se enfoca en la asignatura Fundamentos de Costos, impartida durante el primer semestre de 2025 en las carreras de Ingeniería en Información y Control de Gestión y Contador Auditor de la FEN, junto con los socios comunitarios vinculados a la experiencia formativa.
“Esta experiencia brinda al estudiante la oportunidad de acercarse a la realidad del entorno, aplicar conocimientos disciplinarios, desarrollar soluciones creativas y poner en práctica sus habilidades y recursos personales. Al mismo tiempo, permite al emprendedor acceder a herramientas que pueden contribuir a mejorar la rentabilidad y el crecimiento de su negocio”, señaló Pizarro
Microempresarias
A través de una encuesta aplicada a microempresas, fue posible caracterizar a los socios comunitarios según género, edad, nivel educativo, sector de actividad y uso de tecnología. Asimismo, se analizaron sus expectativas respecto a los beneficios de la experiencia, considerando aspectos como el producto solicitado, la actitud de los estudiantes y el tiempo destinado al desarrollo de las actividades.
En cuanto al perfil de los socios comunitarios, el 87,5% corresponde a mujeres, de las cuales la mayoría (62,5%) se encuentra en el rango etario de 30 a 40 años. La mitad posee formación profesional, mientras que el 37,5% cuenta con estudios técnicos. Además, el 87,5% se dedica exclusivamente a sus emprendimientos, destacando el rubro de alimentación como el principal sector de actividad (63%), seguido por otras áreas productivas (25%).
En relación al uso tecnológico, todos utilizan Excel, pero el uso de inteligencia artificial aún es limitado (38%). “Este perfil tecnológico intermedio representa una oportunidad significativa para capacitar en aspectos específicos relacionados con la administración avanzada y determinación precisa de costos”, indica el documento.
Expectativas
Respecto a las expectativas expresadas, desde el análisis cualitativo, el estudio identificó tres aspectos centrales: Mejorar la eficiencia del negocio, el conocimiento de cálculo y valor y cambios en la visión de la empresa.
Sobre el trabajo con los alumnos, un 75% de los socios manifiesta confianza en los conocimientos de los estudiantes, y el 100% espera que el trabajo sea colaborativo y efectivo.
Asimismo, un 25% subraya la importancia de que el trabajo se realice con respeto, responsabilidad y en un ambiente ameno. “Estos aspectos refuerzan la necesidad de considerar la dimensión relacional como un componente estratégico de la experiencia A+S”, dice el documento.
También, se remarca la importancia que los participantes atribuyen al rol ético y relacional de los estudiantes asesores, resaltando elementos como comunicación efectiva, cercanía, respeto y compromiso activo como claves para el éxito percibido de las asesorías.
“Estos resultados sugieren la necesidad de fortalecer tanto las competencias técnicas avanzadas en análisis y gestión de costos como las competencias relacionales y éticas en la planificación e implementación de las experiencias de Aprendizaje-Servicio”, advierte el estudio.
Finalmente, los resultados destacan la relevancia de identificar y seleccionar adecuadamente a los socios comunitarios, así como de alinear sus expectativas con los objetivos del curso. Estos factores resultan clave para fortalecer el compromiso de las partes involucradas y optimizar los resultados de la experiencia de Aprendizaje-Servicio.